Satélites Naturales
de Neptuno
Lunas de Neptuno
Nereida

El astrónomo holandés-estadounidense Gerard Kuiper (por quien se nombró el cinturón de asteroides) encontró la tercera luna más grande de Neptuno, Nereida, el 1 de mayo de 1949. Lo hizo a partir del estudi de placas fotográficas obtenidas con el telescopio de 82 pulgadas del Observatorio McDonald de Texas (EE. UU.). Fue el último de los satélites neptunianos descubierto hasta la llegada de la Voyager 2 cuarenta años después.
Nereida es la tercera luna mayor de Neptuno y una de las más externas conocidas del planeta. Nereida es única porque, aunque su órbita es prógrada, es una de las más excéntricas de cualquier luna en nuestro sistema solar. Está casi siete veces más lejos de Neptuno en un extremo de su órbita que en el otro (pasa de acercarse a 1.353.600 km a alejarse a 9.623.700 km), y está tan distante del planeta que precisa de 360 días terrestres en cmpletar su traslación alrededor del gigante de hielo. Todo ello sugiere que Nereida puede ser un asteroide capturado o un objeto del Cinturón de Kuiper.
Sin embargo una hipótesis de peso indica que el efecto disruptivo del giro de Tritón en sentido opuesto a la rotación de Neptuno explicaróa por qué Nereida tiene esta órbita tan excentrica en relación al resto de las lunas del sistema solar.
En este satélite no se da la sincronización que iguala la duración de rotación y periodo órbital. Su rotación es de 11 horas y 31 minutos (basándose en observaciones con el telescopio espacial Kepler), frente a su periodo orbital de casi un año terrestre.
Refleja el 12% de la luz incidente. Sin embargo hay que mencionar que desde 1987 varias observaciones fotométricas de Nereida han detectado grandes variaciones de brillo (de aproximadamente una magnitud) que aparecen durante años o meses, pero a veces también en unos pocos días, siendo estas variaciones bastante caóticas.
Hasta el momento no hay explicación concluyente sobre la causa, aunque estas variaciones pueden estar relacionadas con la rotación del satélite ya que, por su elevada excentricidad, puede estar tanto en estado de precesión forzada como poseer rotación caótica (al igual que Hiperión).En 2016, las observaciones ampliadas con el telescopio espacial Kepler mostraron solo variaciones de baja amplitud (0.033 magnitudes). El modelado térmico basado en observaciones infrarrojas de los telescopios espaciales Spitzer y Herschel sugiere que Nereida tiene un alargamiento moderado, con una relación de aspecto de 1.3:1, lo que desfavorece la precesión forzada de la rotación. En todo caso, su rotación debe ser bastante irregular.

El modelo térmico también indica que la rugosidad de la superficie de Nereida es muy alta, probablemente similar a la luna de Saturno Hyperion.
Los colores, albedo y espectros de Nereida son similares a los dos satélites regulares, como Oberon y Umbriel y varios objetos del Cinturón de Kuiper, pero su color, neutro, es el mismo que el de su vecina Halimede, lo que plantea que la pequeña luna irregular tiene su origen en una eyección de la propia Nereida por una posible colisión.
Se ha detectado hielo de agua en su superficie. Su espectro cromático sugiere que la superficie de Nereida se compone de una mezcla de hielo de agua y un poco de material espectralmente neutro. El espectro es muy diferente del de los cuerpos menores del sistema solar exterior —como los centauros Folo, Quirón y Cariclo—, lo que sugiere que Nereida se formó alrededor de Neptuno en vez de ser un cuerpo capturado. Además, de momento, no aparecen objetos extremadamente rojos entre los satélites irregulares de Urano y Neptuno, por lo que no coincidiría con la distribución de color de los Centauros y el Cinturón de Kuiper, lo que sugiere un origen entre los planetas exteriores.
De momento la única nave espacial que se ha acercado a este satélite ha sido la Voyager 2, que lo hizo a una distancia de 4.700.000 km entre el 20 de abril y el 19 de agosto de 1989. A pesar de la escasa resolución de sus 83 imágenes, sus datos sirvieron para conocer el tamaño de Nereida, su color gris y su albedo, mayor que el de los otros satélites pequeños de Neptuno.
Nereida lleva el nombre de las nereidas, ninfas marinas, en la mitología griega. El nombre fue propuesto por Kuiper cuando informó de su descubrimiento.