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Versión abreviada del vídeo «Mercury: Exploration of a Planet» (Programa STI de la NASA) en la que se describe la misión de la Mariner 10, con imágenes reales y gráficos sobre la asistencia gravitatoria del viaje (Museo Nacional del Aire y el Espacio del Smithsonian Institution).
La primera misión, lanzada el 3 de noviembre de 1973, con el fin de estudiar a este planeta fue Mariner 10, de la NASA. Esta nave, de unos 500 kg, fue la primera en emplear la asistencia gravitacional de un planeta, en este caso Venus, para llegar a otro, técnica dada por el italiano Giuseppe Colombo. Aprovecho su viaje para observar ambos planetas. Su principal objetivo fue el estudio de la atmósfera y las características físicas de la superficie de ambos planetas.
La histórica asistencia gravitatoria de Venus tuvo lugar el 5 de febrero de 1974, pasando a una distancia de 5.768 km. Este encuentro cercano modificó la trayectoria y la velocidad de la nave espacial, poniéndola rumbo a su encuentro con Mercurio.
Ante la dificultad de orbitar a Mercurio se optó por orbitar al Sol. En su viaje hacia la estrella, y tras la aceleración gravitacional obtenida de Venus, Mariner 10 hizo su primer sobrevuelo a Mercurio el 29 de marzo de 1974 a una distancia de tan solo 703 km, si bien obtuvo ya imágenes, un tanto borrosas, de Mercurio el 24 de marzo de 1974 a 5,4 millones de kilómetros. En ellas, Mercurio aparecía como una amplia media luna. A medida que se aproximaba se pudo observar la inmensa cantidad de cráteres de su superficie, muy semejante a las antiguas tierras altas lunares. Ello significaba que la superficie era muy antigua.
La sonda constató un campo bipolar magnético semejante al de la Tierra. Por tanto se apostó por la existencia de un núcleo interno fluido con efecto dinamo. Este descubrimiento fue una sorpresa para los científicos, que suponían que el núcleo de hierro líquido se hubiera enfriado y solidificado hace miles de millones de años por el pequeño tamaño del planeta. También pudo detectar por medio de ultavioletas, una atmósfera muy fina.
Luego, ya orbitando al Sol, como por cada una de sus órbitas, Mercurio hacía dos, la nave espacial y el planeta se volvieron a encontrar dos veces, el 21 deseptiembre de 1974 (a 48.069 km), para completar el mapa topográfico del planeta, y el 16 marzo de 1975, priorizando en este caso las mediciones magnéticas y de partículas para obtener un mayor conocimiento de la magnetosfera del planeta y su interacción con el viento solar. En este tercer ý último encuentro, Mariner 10 barrió la superficie a una altura de sólo 327 km, logrando espectaculares imágenes en primer plano, pero un problema con la estación terrestre en Canberra, Australia, solo permitió recuperar la cuarta parte de cada imagen de alta resolución.
La única misión del siglo XX a Mercurio terminó el 24 de marzo de 1975 tras agotarse el combustible. Como la nave espacial ya no era controlable se desactivó su transmisor.
En total, la misión obtuvo 2.300 imágenes en blanco y negro de Mercurio, muchas de ellas con una resolución moderada (3-20 km/píxel), pero un número limitado con una resolución de sólo 140 m. En total, se fotografió el 45% del planeta.
Animación para ver la maniobra de inserción en la órbita de Mercurio y la primera órbita de la nave espacial alrededor del planeta (NASA).
El 3 de agosto de 2004 la NASA lanzó la nave espacial MESSENGER (Mercury Surface, Space Environment, Geochemistry and Ranging —«Superficie, Ambiente Espacial, Geoquímica y Medición de Mercurio»—). Además de las siglas reseñadas, su nombre significa en inglés «Mensajero», y fue bautizao así porque Mercurio era el mensajero de los dioses en la mitología romana.
Su fin era de orbitar Mercurio, lo cual consiguió el 18 de marzo de 2011, casi siete años más tarde, convirtiéndose en la primera nave en orbitar a ese planeta. La órbita era muy elíptica (9.300 x 200 kilómetros), con un período orbital de 12 horas.
Para sortear el problema de la aceleración del viaje hacia el Sol, la MESSENGER hizo varios sobrevuelos, los cuales ayudaron a desacelerar la velocidad de MESSENGER en relación con Mercurio y permitieron conservar propulsor para su misión orbital. Por eso la duración del viaje se prolongó tanto.
Las maniobras de asistencia gravitatoria incluyeron un sobrevuelo de la Tierra (agosto de 2005), dos sobrevuelos de Venus (octubre de 2006 y junio de 2007), y tres sobrevuelos de Mercurio (14 de enero de 2008, 6 de octubre de 2008 y 29 de septiembre de 2009).

Su objetivo principal era estudiar la geología, el campo magnético y la composición química del planeta. Logró un mapeo del 100% de Mercurio y tomó, durante toda su existencia, más de 200.000 imágenes de su superficie, superando con creces las espectativas. Una de sus fotografías más icónicas fue su mosaico del sistema solar, obtenido el 18 de febrero de 2011, con todos los planetas visibles excepto Urano y Neptuno, una contraparte visual de la imagen del sistema solar tomada por la Voyager 1 el 14 de febrero de 2011.
Entre sus múltiples decubrimientos del planeta Mercurio destacan:
- Mercurio es sorprendentemente abundante en elementos volátiles, lo cual descarta muchos de los modelos que proponían una formación temprana del planeta.
- La misión evidenció la existencia de hielo de agua en las regiones polares de Mercurio, en los cráteres permanentemente sombreados.
- El magnetómetro de la MESSENGER mostró un desplazamiento del campo magnético de Mercurio a lo largo de su eje de giro (aproximadamente un 20% del radio del planeta).
- Se hallaron los llamados huecos de Mercurio.
- Las imágenes revelaron la actividad volcánica antigua.
- Los resultados de MESSENGER demostraron que Mercurio se contrajo hasta 7 km de radio, mucho más de lo que se creía anteriormente.
- El espectrómetro de la misión determinó que el planeta presenta una exosfera estacional.
La MESSENGER completó su misión en marzo de 2012, un año después de su puesta en la órbita del planeta, si bien esta misión se prolongó hasta 2013 y se aprobó una segunda extensión a 2015. La sonda continuó recopilando datos científicos hasta el 30 de abril de 2015, momento en que se permitió que la sonda se estrellara contra la superficie de Mercurio, cerca del cráter Janácek en Suisei Planitia, a una velocidad cercana a los 4 km/s. El cráter creado con la colisión, de unos 16 metros de diámetro, será estudiado por la sonda BepiColombo, que se expone a continuación, para estudiar los materiales del subsuelo que quedaron al descubierto.
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