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Misiones pasadas del siglo XXI

En la década de 2000 se enviaron dos misiones a Venus.

La sonda Venus Express, de la ESA, empezó a enviar datos en abril de 2006, tenía como uno de sus objetivos mapear las temperaturas en la superficie completa del planeta. La misión Venus Express fue prolongando su caducidad paulatinamente hasta que se dio definitivamente por clausurada en diciembre de 2014.

La misión se centró principalmente en la investigación atmosférica, pero que también hizo importantes descubrimientos que apuntaban a posibles puntos calientes volcánicos en la superficie del planeta.

La gran antena parabólica de 35 m de diámetro de la Estación de Seguimiento de Satélites de Espacio Profundo de Cebreros (Ávila) fue la encargada de recoger los datos enviados desde el infrarrojo al ultravioleta, pasando por el espectro visible, y resto de datos enviados por la Venus Express.

La otra fue la sonda no tripulada de la NASA Messenger, cuyo nombre es un juego semántico entre su traducción literal «mensajero» y su acrónimo, MErcury Surface, Space ENvironment, GEochemistry and Ranging, que se traduce como «Superficie, Ambiente Espacial, Geoquímica y Medición de Mercurio»). Esta nave sobrevoló el planeta Venus en 2006 y 2007, coordinándose ambas naves en algunas de sus observaciones. Finalmente la Messenger alcanzó su destino, que era Mercurio, en 2008, dando por terminada la misión en abril de 2015.


Representación explicada de la inserción de la sonda Akatsuki en la órbita de Venus (JAXA Sagamihara).

En la segunda década de este siglo Japón también se apuntó a la investigación del planeta vecino. La Agencia Japonesa de Exploración Espacial (JAXA) lanzó la nave Akatsuki («Amanecer» en japonés), también conocida como PLANET-C y Venus Climate Orbiter (VCO), el 20 de mayo de 2010 a las 23:58:22 a bordo de un cohete H-IIA desde el centro espacial Tanegashima (Kagoshima, Japón). A las 00:49:00 del 6 de diciembre de ese año se iniciaron las maniobras para la inserción de la sonda en la órbita venusiana, pero un poblema de disfunción de los motores unido a una lenta comunicación del equipo en la Tierra con la sonda concluyó con el fracaso de la operación y Akatsuki quedó en órbita heliocéntrica durante los siguientes cinco años.

Tanscurrido ese largo periodo se volvieron a dar las circuntancias adecuadas para un nuevo intento en diciembre de 2015. Tras las nuevas maniobras llevadas a cabo entre el 17 de julio y el 11 de septiembre de 2015, la JAXA logró que la nave entrase en órbita del planeta el 7 de diciembre, una órbita elíptica que le acercaba hasta 400 km de la superficie, con un período orbital de 13 días y 14 horas.

En marzo de 2016 se llevó a cabo un nuevo encendido del propulsor para reducir la órbita y acortar el periodo orbital a 10 días. En mayo de 2016 se iniciaban por fin las operaciones científicas programadas de dos años de duración para la observación de Venus.

En abril de 2018, Akatsuki inició una primera extensión de la misión hasta finales de 2020, y se volvió a prolongar la misión pasado ese año hasta que las condiciones o el combustible marcasen, el cual llegó, según publicaba la agencia nipona en un post, en el que informaba de que el equipo perdió contacto a finales de abril de 2024.

La sonda se ha mantenido funcionando 14 años, cuando su vida útil programada después de su lanzamiento era de 4,5 años, por lo que puede considerarse un éxito de la tecnología espacial japonesa y una misión de gran importancia en el conocimiento de nuestro planeta vecino.

Para lograr su principal objetivo, el estudio de la atmósfera venusiana, Akatsuki se equipó con cinco cámaras capaces de obtener imágenes de la atmósfera venusiana en los rangos infrarrojo, visible y ultravioleta, y también con un oscilador ultraestable utilizado para medir los perfiles verticales de temperatura y otros factores:

Representación de las cinco cámaras de Akatsuki. De arriba a abajo: LAC, LIR, UVI, IR1 e IR2 (A. Ikeshita / JAXA). Ampliar.
  • UVI (generador de imágenes ultravioletas): permite obtener la distribución del dióxido de azufre, relacionado con la formación de nubes, y de otras sustancias químicas. Además, posibilita la medición de la velocidad del viento en las cimas de las nubes.
  • IR1 (cámara infrarroja de 1 µm): para ver debajo de las nubes y cerca de la superficie de Venus, pudiendo con ella investigar el movimiento de las nubes en la atmósfera inferior, la distribución del vapor de agua, la composición mineral de la superficie e incluso la presencia de volcanes activos.
  • IR2 (cámara infrarroja de 2 µm): permite observar la densidad y el tamaño de las partículas de las nubes, la distribución del monóxido de carbono, obteniendo datos sobre las circulaciones atmosféricas en altitudes más bajas y la formación de las nubes. Con este instrumento se midió la luz zodiacal de camino a Venus para investigar el polvo distribuido en el sistema solar.
  • LIR (cámara infrarroja de onda larga —10 µm—): para medir la temperatura en las cimas de las nubes; conociendo la distribución de temperatura bidimensional en las cimas de las nubes se puede investigar la convección en la capa superior de nubes y la distribución de la velocidad del viento en las cimas de las nubes.
  • LAC (cámara de relámpagos y airglow): detecta descargas de rayos pudiendo estudiar su conocida aparición en la atmósfera venusiana. Además, captura el brillo del aire producido por el oxígeno en la atmósfera superior a unos 100 km.
  • USO (oscilador ultraestable): las ondas de radio transmitidas por Akatsuki rozan la atmósfera venusiana, cuando está detrás del planeta, y llegan a la Tierra con una frecuencia de la onda de radio alterada. El USO es un generador de ondas de radio que permite analizar esos cambios logrando así medir los perfiles verticales de temperatura y vapor de ácido sulfúrico.

IR1 e IR2 fallaron a partir de diciembre de 2016.

Akatsuki, con un tamaño de 1,04 m × 1,45 m × 1,40 m y un peso de 517,6 kg (cargada con el combustible), recibía energía de paneles solares ubicados en dos paletas que le otorgaban una embergadura total a la nave de 5,1 m (de extremo a extremo de las paletas). llevaba también propulsores, para la entrada en órbita y cambios dinámicos, y antenas para comunicarse con la Tierra, y un rastreador de estrellas.

Además la JAXA lanzó con destino a Venus una vela solar llamada IKAROS (cuyo objetivo es comprobar tecnologías de este tipo de naves) y la sonda UNITEC-1(con la que se perdió toda comunicación tras su lanzamiento). Ambas llegaron al planeta en diciembre de 2010. IKAROS sobrevoló Venus a una distancia de 80.800 km, completando con éxito su misión planificada y entró en su fase de operación extendida, que se prolongó algunos años más y que sirvió para probar nuevas técnicas aeroespaciales..


El envío de dos naves con intención de obtener un mayor conocimiento del Sol ha servido para obtener, como objetivo secundario, datos de Venus al utilizar este planeta como agente gravitatorio en sus orbitas alrededor del Sol.

En el cuarto sobrevuelo de la Parker Solar Probe sobre Venus, su instrumento WISPR capturó estas imágenes, encadenadas en un video, que muestran la superficie del lado nocturno del planeta (NASA / APL / NRL).

Una de ellas es la Solar Orbiter, de la que se habla en el siguiente apartado, y la otra es la mítica Parker Solar Probe, cuya misión principal es el estudio de nuestra estrella y el viento solar, pero que gracias a sus pasos próximos a Venus con objetivos gravitacionales pudo hacer observaciones del planeta y su «cola». Aprovechando sus siete sobrevuelos, los científicos tomaron fotos de las nubes de Venus, pero apreciaron características claras y oscuras de la superficie del planeta a traves de esas nubes. Tras ello los científicos compararon esas imágenes con las obtenidas mediante el radar para ver como cambia la temperatura a distintas alturas y pudieron constatar que en Aphrodite Terra, la mayor altiplanicie de Venus, la temperatura era menor, deduciendo que a mayor altura en Venus la temperatura es más baja, siendo las regiones más bajas las más frías. Las imágenes obtenidas también han sido útiles para deducir la composición mineral de la topografía, al emitir diferente nivel térmico cada tipo de roca o metal.

En sus sobrevuelos de 2020 y 2021, la Parker Solar Probe obtuvo imágenes de la cara oculta de Venus con su instrumento científico WISPR (Wide-Field Imager for Solar Probe —«Generador de Imágenes de Amplio Campo para Sonda Solar»—); las cámaras WISPR pueden ver a través de las nubes la superficie de Venus, que brilla en el infrarrojo cercano porque es muy caliente. Con estos sobrevuelos, la nave envió datos nuevos sobre el planeta, como las capturas de luz visible y cercana al infrarrojo, que han permitido a los científicos una nueva forma de ver a través de sus espesas nubes hasta la superficie. Anteriormente, solo se había hecho con imágenes de radar e infrarrojos; hasta la llegada de la Parker Solar Probe las únicas imágenes en luz visible eran las tomadas por la misión Venera («Sondas de la URSS (siglo XX)») de la Unión Soviética desde la propia superficie del planeta.

Los siete sobrevuelos de la PSP sobre el planeta vecino se llevaron a cabo en las siguientes fechas: 03/10/2018, 26/12/2019, 11/07/2020, 20/02/2021, 16/10/2021, 21/08/2023 y 06/11/2024. Este último, el 7º de la misión, fue el más cercano al planeta, sobrevolándolo a solo 317 km de su superficie, y después ya no volverá a sobrevolar al planeta.

Esta misión solar sigue activa pero ya no está previsto que vuelva a sobrevolar a Venus, por lo que, en cuanto a su función de estudio del planeta, se ha dado por concluida.

Se puede encontrar mucha más información sobre esta sonda en el apartado «Siglo XXI» de las misiones solares.


Aunque su objetivo es Mercurio, la misión conjunta de Europa y Japón (ESA-JAXA) BepiColombo (en reconocimiento al ingeniero italiano Giuseppe «Bepi» Colombo) se utilizó en sus sobrevuelos de trayectoria sobre Venus para recabar información del planeta hermano de la Tierra. Así, el 15 octubre de 2020 hizo un primer soprevuelo de Venus, y uno posterior el 10 de agosto de 2021, tan solo 33 horas después de que lo hiciese Solar Orbiter. Posteriormente ha seguido rumbo a Mercurio, su destino final y BepiColombo ya no volverá a aproximarse a Venus por lo que, al igual que la misión Parker Solar Probe, se ha incluido en este apartado de «misiones concluidas» aunque ambas sigan estando activas para sus objetivos principales (Mercurio y el Sol, respectivamente).

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