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Planetas enanos

Ceres

Datos generalesA fondo

A fondo

Fue el primer objeto descubierto del cinturón de asteroides (situado entre las órbitas de Marte y Júpiter), siendo el objeto más grande del mismo y estimándose su masa en un tercio de la masa total del cinturón de asteroides.

Aunque se buscó su existencia basándose en leyes astronómicas, su descubrimiento fue por accidente por un sacerdote desde Palermo (Italia) buscando una estrella.

Originalmente fue considerado un planeta, pero se catalogó como asteroide en la década de 1850 cuando se empezaron a descubrir otros objetos en órbitas similares. A comienzos del siglo XXI, tras la definición de «planeta», fue reclasificado en planeta enano.

Su nombre le fue dado por su descubridor proviene de Ceres, la diosa romana de la agricultura, las cosechas y la fecundidad, patrona de Sicilia.

El elemento químico cerio (número atómico 58) fue descubierto en 1803 y tomó su nombre del planeta enano, que se había encontrado dos años antes.

Está ubicado en el cinturón de asteroides. Posiblemente se trate de un protoplane

Animación de imágenes del cráter Occator a partir de imágenes en longitudes de onda visibles e infrarrojas de la sonda Dawn de la NASA. Es una vista en falso color para resaltar la salmuera en el centro del cráter que aparece rojiza (NASA/ JPL-Caltech/ UCLA/ MPS/ DLR/ IDA).

ta que nunca teminó de formarse completamente debido a la inmensa gravedad de su vecino Júpiter.

Su superficie está cubierta de hielo acuoso, carbono y magnesio. La extraña áreas brillantes observadas por científicos desde telescopios y que aparecen claramente en las imágenes recogidas por la sonda Dawn han resultado ser depósitos compuestos principalmente de carbonato de sodio (Na2CO3), probablemente provenientes de un líquido que se filtró hasta la superficie y se evaporó, dejando una costra de sal altamente reflectante. Tras analizar los últimos datos recopilados, los científicos de Dawn han concluido que el líquido provenía de un depósito profundo de salmuera de unos 40 kilómetros de profundidad y cientos de kilómetros de ancho.

Este gran cráter se origino por un gran impacto hace 20 millones de años y, aunque se ha ido enfriando desde entonces, el impacto también creó grandes fracturas que podrían alcanzar el depósito profundo y de larga duración, permitiendo que la salmuera continúe filtrándose a la superficie

Además de tomar alrededor de 100.000 imágenes de Vesta y Ceres, la sonda Dawn entregó datos valiosos sobre cómo las superficies de estos mundos reflejan la luz solar con un instrumento llamado VIR, un espectrómetro sensible a la luz visible e infrarroja). Analizando sus datos se concretó que el material brillante era, principalmente, carbonato de sodio, sal proveniente del citado depósito. Este carbonatose ha hallado también en Encelado, la luna de Saturno, que tiene un océano debajo de su capa helada.

En concreto, el carbonato de sodio de Cerealia Facula, la mancha más brillante de Ceres, está en forma de natrita, que se ve blanco como el azúcar.

Además se ha podido concluir una actividad geológica que impulsa estos depósitos.

Aunque Ceres no se calienta por interacción gravitatoria con un planeta grande, como les ocurre a algunas lunas de planetas exteriores, tras el estudio de Occator (de 92 kilómetros de ancho y 4 km de profundidad), nido de las áreas brillantes más extensas, se ve que sí es rica en agua como esas lunas heladas. Estos hechos sugieren que otros grandes cuerpos ricos en hielo que no son lunas también podrían estar activos.

Al otro lado de la superficie de Ceres, en el lado más oscuro, Dawn encontró un tipo de mineral que tiene amonio (un derivado del amoníaco), algo extraño en cuerpos que se formaron tan cerca del Sol como la órbita de Ceres. El resultado sugirió que Ceres podría haberse formado más allá de Júpiter y migrado hacia adentro, o que tiene materiales que se originaron más lejos del Sol y se incorporaron posteriormente a su superficie. Esa arcilla amoniacal es, concretamente, esmectita de magnesio.

Debido a que se descubrió que Ceres tenía materiales orgánicos en su superficie y líquido debajo de la superficie, las reglas de protección planetaria obligaron a colocar a Dawn, ya no operativa, en una órbita de larga duración para evitar que impacte contra al planeta enano durante décadas.

A pesar de su pequeño tamaño está en equilibrio hidrostático lo que le confiere una forma casi esférica (un 80%).