Planetas enanos
Pluton
Historia

A mediados del siglo XIX el matemático Le Verrier había revolucionado la astronomía con su descubrimiento de Neptuno basándose en cálculos de perturbaciones orbitales, de Urano, aplicando la mecánica newtoniana.
Una década después nacería en el seno de una familia adinerada de Boston (EE.UU.) Percival Lowell, hombre de negocios, político, viajero, antropólogo aficionado, escritor y astrónomo vocacional. Lowell había adquirido una buena base de conocimientos en sus estudios en la universidad de Harvard y, además, era un hombre muy acaudalado. En 1987 el astrónomo italiano anunció la observación, aprovechando la «gran oposición de 1877», de grandes líneas rectas en la superficie de Marte. Él los denomino canali (como una acepción marítima), término que se tradujo al inglés como channels (que tenía una acepción más artificial, como el canal de Suez, recién inaugurado). Ello llevó a la difusión literaria de la idea de que había una ingeniería marciana que construía sistemas de conductos para llevar agua a los desiertos ecuatoriales del planeta.
Estas teorías de vida marciana inteligente en el planeta rojo lanzó a Lowell a construir su propio observatorio en Arizona, cerca del Gran Cañón, equipándolo con un telescopio Alvan Clark (el fabricante más prestigioso) de 61 cm de apertura. Para hacernos una idea de la época, no habían pasado ni diez años desde que en aquella zona se había llevado a cabo la búsqueda del indio Gerónimo y captura de los apaches que capitaneaba.
Si bien la búsqueda de esos canales de la ingeniería marciana acabó siendo una decepción que, además, le restó prestigio entre los astrónomos profesionales, permitió que Lowell iniciase, ya en las postrimerías de su vida, otro proyecto: localizar el planeta X, un gran objeto que estaba perturbando las órbitas de Urano y Neptuno, sin duda animado por la técnica empleada en el citado descubrimiento de Neptuno.
Lowell contrató a Elizabeth Williams, una de las primeras mujeres graduada, en su caso con honores académicos, en Física en el Massachusetts Institute of Technology (MIT), la cual se encargó de realizar los cálculos astronómicos de la órbita del susupesto planeta X.
Pese a los enormes esfuerzos, los escasos medios de la época no permitieron al bostoniano identificar al ansiado planeta. Lowell falleció en 1916, los estudios de Williams quedaron archivados y la búsqueda del planeta pasó a un segundo plano.

Sin embargo la historia acabó bien, gracias a un muchacho de Illinois (EE. UU.). Clyde Tombaugh pertenecía a una familia de granjeros y tenía gran interés en el conocimiento de la astronomía. Sin embargo una fuerte tormenta arruino los sembrados de la familia y su anhelo por ir a la universidad se truncó. Sin embargo se las fue ingeniando para construir sus propios telescopios a partir de materiales viejos de la granja, y vidrios de algunos microscopios. Llegado un punto sintió que necesitaba telescopios más potentes y escribió al Lowell Observatory para pedir consejos para su construcción, enviando sus planos y dibujos, así como bocetos de sus observaciones planetarias. Ello le sirvió para que le ofrecieran un puesto de trabajo por el interés que mostraba y su potencial.
Así, en 1929, el joven Clyde Tombaugh de 23 años entró a trabajar en el observatorio Lowell y se le encargó que analizase la montaña de datos e imágenes del archivo de Percival y Elizabeth. Empleando un nuevo ingenio llamado «comparador de centelleo», empezó a comparar parejas de imágenes de porciones celestes.

Tras un año de estudio meticuloso, el 18 de febrero de 1930, se percató de la existencia de una manchita oscura que cambiaba su posición entre las imágenes fijas de las estrellas. Era en una región de la constelación de Géminis. El punto estaba a menos de 6 grados de uno de las ubicaciones propuestas por Lowell, eso si, de un tamaño mucho menor al esperado. Se había descubierto el planeta X, el noveno planeta del sistema solar.
Tras confirmar su existencia y hacer el correspondiente anuncio, el observatorio Lowell, que tenía la potestad de elegir el nombre del planeta, recibió más de mil propuestas, incluidas algunas de Constance, la viuda de Lowell, que fueron descartadas. Finalmente se escogieron tres nombres candidatos: «Minerva», nombre ya utilizado para designar a un asteroide, «Cronos», que seguramente fue desechado ya que fue propuesto por el astrónomo Thomas Jefferson Jackson See, enfrentado a la comunidad científica y a los medios de divulgación, y «Plutón».
Falconer Madan, bibliotecario de la Universidad de Oxford, y hermano de Henry George (que había sugerido, con éxito, los nombres de las lunas marcianas a su descubridor Asaph), leyó la noticia del descubrimiento del nuevo planeta y se lo contó a su nieta Venetia Burney, una niña de once años interesada en la mitología clásica. Ella propuso1 el nombre de Plutón, dios romano del inframundo (equivalente al griego Hades), hijo de Saturno y Ops. Falconer transmitió la propuesta de su nieta y, finalmente, el nombre fue aceptado en la votación del observatorio por unanimidad. El nombre fue anunciado el 1 de mayo de 1930. Como anécdota, Falconer Madan, tras conocer este anuncio, le entregó cinco libras como gratificación a su nieta Venetia.
Además de que la deidad resultaba una buena analogía para esa zona lejana donde estaba el planeta, el que el nombre empezase por las letras PL fue definitivo (PL eran las iniciales del verdadero instigador del descubrimiento, Percival Lowell). Estos juegos semánticos se emplearían posteriormente con los nombres de sus lunas Nix e Hidra (que llevan las iniciales de la misión New Horizons con destino a este planeta).
Animación que combina determinadas observaciones2 de Plutón a lo largo de varias décadas. El primer cuadro es un acercamiento digital a Plutón tal como apareció cuando fue descubierto por Clyde Tombaugh en 1930 (imagen cortesía de Lowell Observatory Archives). Las otras imágenes muestran varias vistas de Plutón captadas por el telescopio Hubble a partir de la década de 1990 y la nave New Horizons en 2015. La secuencia final se acerca a un primer plano de Plutón publicado el 15 de julio de 2015 (NASA).
Se comenta, aunque no hay confirmación histórica de ello, que Walt Disney nombró Plutó (Plutón en inglés) al famoso can de Mickey Mouse cuando lo presentó, en 1930, inspirándose en el nuevo planeta descubierto.
Lo que sí es seguro es que el elemento químico descubierto una década después, el plutonio, fue bautizado así pot su codescubridor, Glenn T. Seaborg, en relación al planeta enano, siguiendo la tradición de aquellos tiempos de llamar a los elementos que se iban descubriendo como los nuevos planetas del sistema solar (el uranio, nombrado a partir de Urano, y el neptunio de Neptuno).
Durante muchos decenios Plutón ha sido un gran desconocido. Solo se sabía que era pequeño y que debía ser muy frío. Un lejano punto sin demasiado interés para que la NASA llevase a cabo un proyecto de prospección a tan lejano objeto. Sin embargo el ingeniero y científico planetario estadounidense Alan Stern entendió que podría ser un cuerpo de interés y propuso en 1989 una misión al planeta. Tras quince años perseverando en su idea logró convencer a la comunidad espacial y por fin, el 19 de enero de 2006, despegaba desde Cabo Cañaveral (EE.UU.) la New Horizons de la NASA con destino a Plutón. Por cierto, entre otros elementos simbólicos, parte de las cenizas de Clyde Tombaugh fueron enviadas en la nave espacial con destino al mundo que él había descubierto, produciendose el mayor acercamiento el 14 de julio de 2015, con la presencia de sus hijos en la base de operaciones de la misión en el Laboratorio de Física Aplicada en la Universidad Johns Hopkins en Laurel, Maryland (EE. UU).
El mismo año del lanzamiento, el 13 de septiembre, Plutón pasó a clasificarse como planeta enano, pero eso no influyó en la misión, que ha aportado infinidad de datos e imágenes sorprendentes e inesperados.
1 Si bien la idea de que fue la niña la que ideó el nombre de Plutón es factible, hay datos que avalan que no fue la primera persona en sugerir dicho nombre. Esta idea está bien contrastada en el artículo «Another plutonian casualty?» publicado por Geoff Nunberg el 27 de agosto de 2006.
2 La lista completa de imágenes que aparecen son: Clyde Tombaugh, Observatorio Lowell en 1930 (propiedad de los Archivos del Observatorio Lowell); telescopio espacial Hubble en 1996, 1994, 2011 y 2002-2003; New Horizons 9 de abril, 12 de mayo, 2 de junio, 15 de junio, 1 de julio, 3 de julio, 8 de julio, 10 de julio, 11 de julio, 13 de julio, 14 de julio y 15 de julio (todas estas de 2015).