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Sobrevuelos décadas 1990-2000

Impresión artística de la nave espacial Ulises en Júpiter (ESA / NASA / JPL-Caltech).

En 1990 se lanzó la misión conjunta ESA-NASA Ulises con el objetivo de estudiar los polos solares. Para ello se ultilizó la gravedad del planeta gigante para lograr sacarlo del plano de la eclíptica. Ulises llegó a Júpiter el 8 de febrero de 1992.

El objetivo principal del sobrevuelo era situar la nave en su órbita heliocéntrica final con un mínimo de riesgo para los sistemas y cargas útiles científicas de a bordo, las investigaciones científicas de Júpiter eran un objetivo secundario de la misión. Sin embargo se aprovechó al máximo la oportunidad de estudiar la magnetosfera joviana cuando ingresó en ella, superando los resultados obtenidos todas las expectativas de los científicos involucrados.

La magnetosfera de Júpiter es el objeto más grande del sistema solar. De hecho, Ulises, cuyo máximo acercamiento de este sobrevuelo fue de unos 450.000 km, tardó 12 días (del 2 al 14 de febrero de 1992) en recorrerla.

Además, si bien su entrada fue similar a la de las naves que a precedieron, esta nave llegó, en momentos próximos a su mayor acercamiento, a latitudes más altas, alcanzando los 40 grados al norte del ecuador de Júpiter). Su salida también fue muy diferente, ya que lo hizo a través del sector crepuscular inexplorado de la magnetosfera, muy al sur en esta ocasión.

Por todo ello, y a pesar de que sus instrumentos estaban diseñados para su misión solar, la nave espacial transmitió datos desconocidos sobre la magnetosfera y la ionosfera del gigante gaseoso.

Tras prolongarse en varias ocasiones la misión, dado el buen estado de la nave y el remanente de combustible, Ulises volvió a pasar por Júpiter entre los años 2003 y 2004. La misión fue cerrada en 2009.


Proyección estereográfica polar de Júpiter tomada por Cassini (NASA / JPL / Space Science Institute). Ampliar
Retrato de Júpiter por Cassinid urante su máxima aproximación (NASA / JPL / Space Science Institute). Ampliar

El 15 de octubre de 1997 se lanzó la sonda Cassini, cuyo objetivo principal fue Saturno y algunas de sus lunas principales. La misión Cassini-Huygens fue un logro conjunto de la NASA, la ESA y la italiana ASI.

La nave contribuyó al estudio de Júpiter durante 6 meses en el año 2000, antes de llegar a su destino, Saturno, en 2004. La cámara de Cassini tomó 26.000 imágenes del planeta y sus lunas y creó el retrato global en color más detallado de Júpiter jamás producido en ese momento, cuyas características más pequeñas visibles son de 60 km de ancho.

Estos retratos, que son en color verdadero, añadidos (vistas frontal polar) en los márgenes de este texto, se obtuvieron de imágenes del 29 de diciembre, en el primer caso, a 10 millones de km, y del 11 y 12 de diciembre, en el retrato del Polo Sur, a la derecha. La máxima aproximación de la nave a Júpiter, del 29 de diciembre, la llevó a unos 10 millones de kilómetros del planeta.

Tras concluir todas sus misiones ampliadas en Saturno y sus satélites, terminó fundida en la atmósfera de Saturno el 15 de septiembre de 2017.


La NASA envió la nave New Horizons con destino a Plutón, el único planeta (que lo era entonces) inexplorado del sistema solar. El lanzamiento se realizó el 19 de enero de 2006. Como con otras misiones, se buscó el sobrevuelo de Júpiter para, aprovechando el impulso gravitatorio del planeta, aumentar la velocidad de la sonda, consiguiendo con ello recortar en tres años su viaje al planeta enano.

El encuentro se produjo el primer trimestre del año siguiente, obteniendo su máxima proximidad (2.304.537 km) el 28 de febrero de 2007, a 23 km/s. New Horizons voló unas tres o cuatro veces más cerca de Júpiter que la nave espacial Cassini. El 5 de marzo abandonaba el planeta.

Representación artística de New Horizons sobre Júpiter, con la luna volcánica Ío entre la nave espacial y el planeta (JHUAPL/SwRI).

Desde enero hasta junio de 2007, los siete instrumentos científicos de New Horizons realizaron más de 700 observaciones separadas del sistema joviano, el doble de la actividad planificada en Plutón, y la mayoría de ellas se realizaron en los ocho días alrededor del máximo acercamiento a Júpiter. En esta misión si se hizo un estudio en profundidad de los aspectos a investigar en Júpiter y se implantaron instrumentos científicos sofisticados en la nave para la obtención de datos importantes sobre el planeta, sus lunas, anillos y atmósfera.

Entre las prioridades del estudio de Júpiter estaba el clima joviano y la composición y estructura de las nubes. Vieron cómo se formaban nubes a partir del amoníaco que brotaba de la atmósfera inferior y relámpagos inducidos por el calor en las regiones polares: el primer relámpago polar observado más allá de la Tierra. Además, New Horizons tomó las primeras imágenes de primer plano de la Pequeña Mancha Roja, una tormenta naciente, con un diámetro del 70% del de la Tierra, aproximadamente la mitad del tamaño de la Gran Mancha Roja,

También capturó las imágenes más claras del tenue sistema de anillos jovianos y la actividad en ellos, así como de las diminutas lunas internas Metis y Adrastea. De las cuatro lunas galileanas, se centró en el estudio de la más próxima, la volcánica Ío. El mapa global de New Horizons de la superficie de Io confirmó que la citada luna es el cuerpo más activo del sistema solar, mostrando más de 20 cambios geológicos desde que el orbitador Galileo proporcionó la última vista próxima de Ío en 2001.

El 5 de marzo abandonaba el planeta. Su paso por la extensísima cola magnética de Júpiter añadió más datos valiosos al conocimiento de Júpiter y su sistema de satélites.

En la actualidad, una vez concluida su misión principal a Plutón, está encaminada al estudio de pequeños KBO (objetos del cinturón de Kuiper).


Las naves referidas en este apartado se describen con mayor detalle en los siguientes apartados:

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