Satélites Naturales
de Urano
Datos generales

Titania y Oberon son las lunas uranianas más grandes, y fueron las primeras en ser observadas. Lo logró William Herschel en 1787 (el 11 de enero y 15 de febrero, respectivamente), seis años desùés de que él mismo hubiese descubierto Urano. Las dos siguientes en ser observadas fueron Ariel y Umbriel, el 24 de octubre de 1851, por William Lassell (el descubridor de la primera luna de Neptuno, Tritón).
Mientras que la mayoría de los satélites que orbitan alrededor de otros planetas toman sus nombres de diferentes mitologías, las lunas de Urano son las únicas a las que se da el nombre de personajes de obras literarias, principalmente de Shakespeare aunque también de personajes de las obras de Alexander Pope. El argumento que se aportó fue que Urano, como dios del cielo y del aire, sería atendido por espíritus del aire (los personajes literarios escogidos eran hadas, sílfides y nomos). No está claro si los nombres fueron decididos por John Herschel o por Lassell, con el permiso de aquel. Posteriormente se determinó, salvo algunas excepciones como Puck y Mab, que siguieran la idea de usar nombres de personajes de los literatos citados pero sin que, necesariamente, debieran ser seres mágicos.
Casi un siglo después, Gerard Kuiper encontró a Miranda, un 16 de febrero de 1948. El descubrimiento de las siguientes diez lunas Urano tuvo que esperar hasta que la nave espacial de la NASA Voyager 2 las encontrase en su viaje. la primera, cronológicamente hablando, fue Puck, el penúltimo día del año 1985. Luego vinieron Julieta, Porcia, Crésida, Desdémona, Rosalinda, Belinda, Cordelia, Ofelia y, finalmente, Bianca, todas ellas detectadas por la Voyager 2 en enero de 1986. Las diez eran de escaso tamaño, con diámetros medios comprendidos entre 26 y 154 km.
Desde entonces, gracias al telescopio espacial Hubble y los telescopios terrestres mejorados, se ha elevado el total a 28 lunas conocidas: antes de acabar el siglo otras seis (Sicorax, Calibán, Setebos, Próspero, Stefano y Perdita1) y media docena más (Trínculo, Ferdinando, Margarita, Francisco, Mab y Cupido) en la primera década del siglo XXI. La última, aún con nombre provisional (S/2023 U1), descubierta el 4 de noviembre de 2023 por Scott Sander Sheppard y su equipo (descubridor de docenas de lunas y otros otor cuerpos del sistema solar) y registrada por el Minot Planet Center de la UAI el 23 de febrero de 2024.
Estos descubrimientos posteriores a la Voyager han sido de tamaña dificultad ya que son cuerpos diminutos (de 12-16 km de ancho) y más negros que el asfalto. Y, por si fuera poco, están a unos 2.900 millones de kilómetros del Sol.
La composición de las lunas fuera de la órbita de Oberon sigue siendo desconocida, pero probablemente sean asteroides capturados.

Los tránsitos de las lunas a través de los discos de sus planetas primarios son comunes en otros planetas gigantes gaseosos, como Júpiter, pero no lo son para los satélites de Urano, ya que orbitan el planeta de forma que rara vez proyectan sombras sobre la superficie del planeta. Urano está inclinado de modo que su eje de rotación se encuentra casi en su plano orbital. Es como si el planeta estuviese volcado de lado. Por ello, durante el curso de su órbita alrededor del Sol, primero se ilumina un polo y luego el otro, alternativamente. Como resultado, Urano tiene estaciones extremas durante su órbita de 84 años alrededor del Sol. Las lunas de Urano orbitan alrededor del planeta por encima del ecuador, por lo que sus trayectorias se alinean de borde con el Sol solo cada 42 años.
Por ello nunca se había observado tránsitos hasta los momentos próximos a su equinoccio de 2007 ya que en el anterior equinoccio (1965), en que el Sol iluminó directamente el ecuador del planeta, los telescopios no tenían la nitidez de imagen necesaria para ver los tránsitos de satélites en Urano. Cuando se lanzó el Hubble en 1990 el Sol brillaba sobre las latitudes más al norte de Urano, pero con el tiempo los astrónomos del Hubble vieron cómo la iluminación directa del Sol sobre las latitudes ecuatoriales permitió que las órbitas de las lunas se acercasen a una configuración de borde.
Todas las lunas de Urano que orbitan en el interior de la magnetosfera de Urano, salvo Oberón, presentan un oscurecimiento del hemisferio que queda a la espalda del movimiento de traslación del satélite a lo largo de su órbita. Esto se debe al barrido por el plasma magnetosférico que rota junto con el planeta, un bombardeo.
Los satélites de Urano podrían clasificarse de la siguiente forma:
- Satélites regulares: son las lunas más próximas a Urano, con excentricidades e inclinaciones muy pequeñas. Siguen órbitas prógradas. Se dividen por su tamaño en dos equipos bien diferenciados:
- Satelites interiores: son las pequeñas lunas comprendidas por debajo de la órbita de Miranda, muy relacionadas con los anillos del planeta. Se agrupan tradicionalmente, en funcion de sus distancias orbitales similares, en el grupo Porcia (Bianca, Crésida, Desdémona, Julieta, Porcia y Rosalinda) y el grupo Belinda (Cupido, Belinda y Perdita), quedando desagrupadas las dos más internas (Cordelia y Ofelia) y el par más externo (Puck y Mab). Son muy oscuras, con un albedo que no supera el 10 %. Están formadas por hielo de agua y roca a partes iguales, con sustancias oscuras, probablemente elementos orgánicos procesados por radiación.
- Satélites grandes:son las cinco lunas principales del planeta por su considerable tamaño, que va desde los 472 km de Miranda hasta los 1.578 km de Titania. Son, de más próximas a más lejanas, Miranda, Ariel, Umbriel, Titania y Oberón. Son relativamente osuros. Su origen parece estar en el disco de acreción originario de Urano.
- Satélites irregulares: son las lunas más alejadas del planeta. Ofrecen órbitas muy inclinadas y una mayor excentricidad que las lunas regulares. Son todas retrógradas excepto Margarita, prógrada, que por cierto cuenta con una de las órbitas más excéntricas de las lunas del sistema solar (0.661). Probablemente sean asteroides capturados por el gigante helado. Tienen diámetros estimados por debajo de 50 km, salvo Sicorax, que mide unos 150 km. El único grupo que se puede conformar, en función de las distancias orbitales (entre 6 y 7 millones de kilómetros) y las inclinaciones (entre 141° y 144°), es el llamado grupo Caliban, que abarca a S/2023 U1, a Stefano y a Calibán, que le da nombre].
Como se ha comentado, las lunas interiores están íntimamente conectadas con los anillos de Urano. Así, Cordelia y Ofelia, las dos más cercanas al planeat, son pastoras del anillo ε de Urano, mientras que Mab es una fuente del anillo μ más externo de Urano. Se sopesa la existencia de dos lunas pastoras pequeñas (de 2 a 7 km de radio) ubicadas a unos 100 km al exterior de los anillos α y β de Urano. Los pequeños satélites interiores de Urano se desplazan por una banda tan pequeña que generan un sistema inestable, de modo que no es dificil que en el futuro (los proximos millones de años), se produzcan cruces orbitales que causen el choque entre ellos.
Todas las lunas retrógradas exteriores llevan el nombre de personajes de la obra de teatro La tempestad; la única luna prógrada exterior conocida, Margaret, tienen el nombre de un personaje de la comedia Mucho ruido y pocas nueces, ambas obras de Shakespeare.
1 Perdita fue fotografiada por la Voyager 2 en 1986, pero pasó desapercibida hasta su detección en 1999 por el astrónomo estadounidense de origen germano Erich Karkoschka. Sin embargo, ante la falta de nuevas fotografías, se descartó oficialmente en 2001 hasta que dos años más tarde se pudo confirmar su existencia con el telescopio espacial Hubble