Cometas
Datos generales
Los cometas son objetos formados por una mezcla bastante equilibrada (en comparación con los asteroides) de roca, hielo (de agua), grava y polvo que orbitan el Sol. Los gases que liberan son dióxido y monóxido de carbono, amoniaco y metano. Por todo ello los astrónomos se refieren a veces a ellos como «bolas de hielo sucias».
Cuando están lejos del Sol son trozos inertes de roca e hielo. Sin embargo muchos presentan órbitas elípticas que los acercan al Sol. En ese acercamiento, estos objetos se calientan y el hielo se sublima generando una nube a su alrededor que se aleja según el cometa avanza. Este es el origen etimológico de la palabra cometa, que en griego significa «cabellera».
La parte sólida del cometa se llama núcleo y la parte gaseosa que lo envuelve, coma (del latín coma, comae, que deriva del griego, como hemos visto). La coma puede tener cientos de miles de kilómetros de diámetro.
Al gasificarse el hielo, partes sólidas del núcleo (rocas, grava y polvo) pueden liberarse. formando la denominada cola del cometa. En la mayoría de los cometas se pueden apreciar dos colas: una de polvo y gas y otra de gas ionizado. El viento solar aleja del Sol las partículas ionizadas y por eso esta cola tiene una dirección diferente a la de la cola principal, ya que no se debe al sentido del movimiento del cometa sino que se dirije al lado opuesto al Sol.
En cada acercamiento al Sol los cometas pierden masa por lo que tienden a desvanecerse con el tiempo, sobre todo los de periodo corto. Algunos asteroides podrían ser los núcleos rocosos de cometas que han perdido el resto de sus componentes.
La mayoría de cometas no se acercan demasiado al sol (por ejemplo el Halley se acerca solo a 89 millones de kilómetros), pero algunos se aproximan tanto que se fragmentan o incluso se estrellan contra él. Son los llamados kamikace o Kreutz Sungrazers («rasantes del Sol de Kerutz» —en honor del astrónomo Heinrich Kreutz—).
En 1994 la IAU estableció una serie de criterios para la designación de los cometas según los cuales los nombres de los cometas se forman por los siguientes caracteres alfanuméricos en el orden indicado a continuación:
- Si se conoce su periodicidad, un número de orden secuencial (según lista del Minor Planet Center).
- Un prefijo: P/ (periódicos, observado su paso por el perihelio al menos dos veces o con periodo orbital menor de 200 años), C/ (no periódicos, los que no cumplen las anteriores condiciones), D/ (cometas desaparecidos), X/ (cometas de órbitas no determinadas), A/(cometas que posteriormente se han catalogado como o asteroides), I/ (cometas que se han catalogado después como objetos interestelares).
- El año del descubrimiento.
- Letra mayúscula (de la A a la Y), que se corresponde, en orden, a la quincena del año en que se descubrió.
- Un número, que es orden en que fue descubierto dentro de esa quincena.
- El nombre del descubridor/res, por la tradición, entre paréntesis.
Así por ejemplo, el cometa Halley puede designarse como 1P/ 1682 U1 (Halley) o 1P/Halley o incluso puede abreviarse como 1P.
A día de hoy (19 de diciembre de 2020), según datos de la NASA, se han descubierto 4.108 cometas en las imágenes del SOHO. El último, denominado C/2020 X3 (SOHO), se descubrió por el astrónomo aficionado tailandés Worachate Boonplod en el Proyecto Sungrazer financiado por la NASA, el 13 de diciembre de 2020, justo un día antes del eclipse total de Sol visible desde el hemisferio Sur. Es un rasante de Sol Kreutz, concretamente el número 3.524 descubiertos pertenecientes a esta familia de cometas. Los rasantes de Sol Kreutz se originó a partir de un gran cometa padre que se rompió en fragmentos más pequeños hace más de mil años y continúa orbitando alrededor del Sol en la actualidad.
Teniendo en cuenta el tamaño de la nube de Oort y el número de cometas de períodos prolongados que se han visto, los astrónomos estiman que puede haber un billón de cometas, suficiente número para reponer, sin problema, a los cometas que van muriendo.
Los cometas son restos de la nebulosa primigenia de cuando se formó el sistema solar, hace 4.500 millones de años, de ahí el interés que tiene para los científicos, ya que su composición no ha variado desde aquella época.
Cabe destacar que, dos años más tarde del descubrimiento, el 19 de octubre de 2017, del asteroide Oumuamua, los astrónomos que operan el espectógrafo de objetos múltiples Gemini, en el Telescopio Gemini Norte en Maunakea (Hawái), han dado con un cometa, bautizado como C/2019 Q4 (Borisov), considerado ya como el segundo visitante interestelar conocido.