Asteroides
Asteroides relevantes
« Apartado anterior
Por su peligrosidad
A) Asteroides que han impactado contra la Tierra:
Cráter de Pilbara Craton
Según un estudio publicado en la revista Nature, se ha descubierto el que de momento es el cráter de impacto más antiguo de la Tierra. Según este artículo https://www.nature.com/articles/s41467-025-57558-3 Un cráter de impacto paleoarqueano en el cratón de Pilbara, Australia Occidental Un cráter de impacto paleoarqueano en el cratón de Pilbara, Australia Occidental, en la región de Pilbara, en Australia OccidentalAsteroide de Chicxulub

Sin duda, el más famoso asteroide por el riesgo que acabó materializándose en un impacto colosal sobre la península de Yucatán (México) fue el asteroide de Chicxulub. En la ilustración adjunta se muestra una imagen en relieve sombreado de la esquina noroeste de la península de Yucatán (México), generada a partir de datos de la Shuttle Radar Topography Mission (SRTM). Es una fotografía mejorada por computadora, con una topografía muy exagerada para resaltar la depresión semicircular, la línea de arco verde más oscura en la esquina superior izquierda de la península. Esta línea semicircular es una indicación sutil, pero inconfundible, del cráter de impacto de Chicxulub; es el borde o límite exterior del cráter enterrado y tiene solo entre 3 y 5 metros de profundidad y unos 5 km de anchura (se ha marcado con flechas para facilitar su localización).
Este asteroide golpeó en el Cretácico-Paleógeno1, hace unos 66 millones de años, contra nuestro planeta provocando la extinción de tres cuartas partes de las especies de plantas y animales de la Tierra, incluido el reinado del grupo predominante de la tierra: los dinosaurios. Se calcula que el asteroide medía más de 10 km de diámetro, generando un megaterremoto que liberó una cantidad de energía estimada de 100 teratones (1011 de kilotones); para hacernos una idea, la bomba de Hiroshima generó unos 16 kilotones).
Según fuentes como el Lunar and Planetary Institute, el impacto de Chicxulub produjo una onda expansiva y una explosión de aire que se expandió por el mar y entró al continente. Cerca del lugar del impacto se debieron generar vientos de más de 1.000 k/h, los cuales, junto con la presión, erosionaron los suelos y destrozaron la vegetación y los animales que vivían en los ecosistemas cercanos. Varias estimaciones señalan que el área dañada por la explosión de aire fue de entre 900 y 1.800 km, una destrucción rápida, anterior a la caída de los escombros expulsados del cráter de Chicxulub, que se produjo minutos después. Este material expulsado sepultó, cerca del lugar del impacto, bajo una capa de cientos de metros de espesor la vida en el continente y el fondo marino. Se han hallado depósitos de impacto de 50 a 300 m a distancias entre 350 a 600 km de Chicxulub.
La citada fuente relata que el maremoto ocasionado contó con olas con estimaciones que van desde los 50 m hasta 300 m de altura en su choque con las costas, penetrando tierra adentro más de 100 kilómetros. Estas descomunales inudaciones sumadas al arrastre de la corriente de retornoresultante erosionaron profundamente el fondo marino a profundidades de varios cientos de metros. El impacto generó, además, un golpe sísmico equivalente a un terremoto superior a la magnitud 10 en la escala Richter, lo que acrecentó, con los inmensos deslizamientos de tierra en el fondo marino, la eliminación de cualquier vestigio de vida.
Pero la colisión tuvo, como es hartamente conocido, consecuencias devastadoras a nivel global. Según continúa exponiendo el LPA en su sitio web, material vaporizado del impactador y de las rocas expulsadas se elevó desde el cráter Chicxulub en una columna, con gran contenido vaporizado, a través de la atmósfera terrestre, acelerándose y volviendose a precipitar sobre la superficie, causando incendios forestales. La atmósfera se llenó de polvo, oscureciendo totalmente la superficie del planeta al impedir la llegada de la luz solar, con lo que se ponía fin a la vida fotosintética. Tras el asentamiento de las partículas más grandes en la superficie (formando la capa de sedimento del límite KT), componentes químicos como los aerosoles de sulfato y los gases de efecto invernadero permanecieron en la atmósfera, originando efectos climáticos que fueron mucho más allá en el tiempo.
Animación que muestra la propagación de los incendios forestales tras el impacto del asteroide de Chicxulub (Daniel D. Durda / LPI).
En resumen, independientemente de los daños directos en la zonas próximas al impacto, se produjeron efectos ambientales que provocaron una extinción masiva y cambiaron el curso de la evolución. Entre estos efecto están:
- La lluvia ácida: el calentamiento atmosférico causó reacciones químicas que generaron lluvia de ácido nítrico durante meses o años. Además, la liberación de azufre, con origen principal en las rocas de la zona, trajo consigo una inesperada lluvia de ácido sulfúrico.
- Incendios forestales: se ha constatado que el material expulsado se desplazó de forma global, lo que posiblemente causó un calentamiento atmosférico generalizado e incendios. Los incendios se generaron después de que los escombros expulsados del cráter se elevaran muy por encima de la atmósfera de la Tierra y cayeran posteriormente, calentando tanto la atmósfera y la superficie que conseguían prender la vegetación del suelo. Los escombros del impacto que se desplazaron a través de la atmósfera se concentraron sobre el lugar del impacto (hoy México) y el lado opuesto de la Tierra (hoy el Océano Índico). Al girar la Tierra bajo de la columna de material expulsado, el primero migró hacia el oeste. La mayoría de los incendios comenzaron el primer día tras el impacto, aunque el material continuó cayendo otros 3 días. El vídeo adjunto es el resultado del estudio de David A. Kring y Daniel D. Durda, 2002, «Trayectorias y distribución del material expulsado del cráter de impacto de Chicxulub: implicaciones para los incendios forestales posteriores al impacto» (Journal of Geophysical Research).
- Polvo y aerosoles en la atmósfera: el polvo y los aerosoles de sulfatos debidos al impacto, y el hollín de los incendios forestales tuevieron probablemente como consecuencia que las temperaturas de la superficie cayeran y la luz solar se bloquease, lo que impidió la fotosíntesis. La interrupción de la fotosíntesis puede haber sido el efecto ambiental más severo del impacto, al desencadenar la muerte por colapso de la cadena trófica (el bloqueo de la función fotosintética acabó con las plantas terrestres, por lo que los herbívoros murieron por falta de alimento, y estas pérdidas concluyeron, a su vez, en la extinción de los carnívoros que se alimentaban de ellos.
- Destrucción de parte de la capa de ozono: el cloro y el bromo, agentes desintegradores de la capa de ozono, se liberaron a la atmósfera al vaporizarse el proyectil parte de las rocas de la superficie golpeada. La pérdida de la capa de ozono puede haber durado varios años.
- Gases de efecto invernadero, como el vapor de agua, el dióxido de carbono y el metano, se multiplicaron como consecuencia de la volatilización de rocas y la evaporación marina. Las estimaciones de increménto térmico medio global se mueven entre 1 y ~7,5 °C.
Evento de Tunguska

Ya en la época reciente, en pleno siglo XX, se pudo comprobar la fuerza destructora de estos objetos y la posibilidad real de un impacto contra nuestro planeta. Fue el evento de Tunguska, el mayor impacto histórico registrado en la Tierra (esto es, sin tener en cuenta impactos prehistóricos).
En la mañana del 30 de junio de 1908, sobre las 7:17 (las 00:17, hora de Madrid), un terrible estruendo recorrió Rusia, traspasando sus fronteras hacia el este de Asia y hacia Europa. Según las crónicas de periódicos locales y otros testimonios recopilados años después, la noche en muchos países del Viejo Continente se iluminó provocando el desconcierto y el pánico de sus habitantes. En las siguientes dos noches hay evidencias, por fotografías y periódicos en localidades de Suecia y Escocia, de cielos anormalmente brillantes.
El primer informe de la explosión apareció en el periódico de Irkutsk dos días después de la explosión. en él se narraba que «los campesinos vieron un cuerpo que brillaba muy intensamente (demasiado brillante para el ojo desnudo) con una luz blanca azulada (...) y cuando el cuerpo resplandeciente se acercó al suelo (que en ese punto estaba cubierto de bosque) pareció pulverizarse, y en su lugar se escuchó un fuerte estruendo, no como un trueno, sino como si se tratara de la caída de grandes piedras o de disparos. Todos los edificios temblaron y al mismo tiempo una lengua bífida de llamas atravesó la nube. Todos los habitantes del pueblo corrieron a la calle en pánico. Las ancianas lloraron, todos pensaron que se acercaba el fin del mundo» (según publicaciones del divulgador Kridec en 1966).
Años depués, en las cuatro expediciones (entre 1927 y 1939) de Leonid A. Kulik, enviado por la Academia de Ciencias rusa a Siberia para investigar el suceso, se pudo comprender la magnitud del evento. Kulik y su equipo recopilaron artículos de prensa e interrogaron a varios testigos y visitaron los lugares afectados, llegando a la conclusión ante la envergadura de la destrucción, de que el causante había sido un meteorito.
Para confirmar su teoría buscó restos del asteroide o algún cráter o cráteres que manifestasen el imacto, pero no halló ni lo uno ni lo otro, por lo que varios científicos especularon con que hubiera sido un cometa, lo que explicaría las carencias probatorias de la propuesta de Kulik: un cometa no dejaría rastro al estar integrado principalmente por hielo. A pesar de algunas otras explicaciones que complementaban la teoría cometaria. También aparecieron otras teoría, algunas bastante estranbóticas, como la explosión nuclear causada por el accidente de una nave extraterrestre, la entrada en la atmósfera de una antirroca compuesta de antimateria o un agujero negro de entre 1019 y 1020 kg.

En todo caso, la hipótesis más convincente y las más secundada por la comunidad científica fue, y sigue siendo, la del meteorito que planteó Kulik. De hecho varios estudios de relevancia realizados en el siglo XXI, como «Probable origen asteroidal del cuerpo cósmico de Tunguska» (Astronomy & Astrophysics) o «Sobre la posibilidad del paso de cuerpos asteroidales a través de la atmósfera terrestre» (Monthly Notices of the Royal Astronomical Society) parecen dejar evidencias suficientes del origen asteroidal del evento.
Este último estudio citado, dirigido por el astrónomo Daniil Khrennikov de la Universidad Federal de Siberia, señala que el meteorito era de hierro, de hierro que en realidad ni llegó a impactar contra la Tierra, pero pasó a una altitud suficientemente baja (unos 10-15 km de altura) para provocar el cataclismo, provocando antes de salir despedido. Esta versión se apoya en el hecho de la no aparición de restos del objeto ni cráteres en la zona, si bien tampoco es descartable una explosión con pérdida total de masa. El equipo investigador apunta, además, que el objeto debía tener un diámetro de entre 100 y 200 m y viajaba a 72.000 km/h.
La explosión, de unos 30 megatones (unas 2.000 veces la bomba de Hiroshima), arrancó de raíz 80 millones de árboles de la taiga (bosque de coníferas), derribándolos en un radio de 30 a 40 km (FJW Whipple 1934) y generando incendios «antinaturales» que solo abrasaban la superfície de los troncos, hasta dejarlos sin corteza, y quemaduras que no alcanzaban las copas (Kridec 1963).
Bólido de Cheliábinsk


Durante la mañana del 15 de febrero de 2013, en la ciudad de Cheliábinsk, ubicada en Rusia, en la zona sur de los Urales, se produjo un estruendo a las 09:20:26 hora local (04:20:26 hora de Madrid). Fue provocado por la explosión del llamado bólido de Cheliábinsk, un evento meteórico ocurrido a 80 km de la ciudad. El asteroide explotó a unos 20 km de altura liberando una cantidad de energía de 500 kilotones (30 veces la de la bomba nuclear de Hiroshima). Alcanzaron el suelo entre 4.000 y 6.000 kg de meteoritos, incluido un fragmento de unos 650 kg, que fue recuperado posteriormente.
La NASA estima que el tamaño del objeto tenía un tamaño de unos 17 m de alto por 15 m de ancho, con una masa de 10.000 toneladas en el momento de su ingreso a la atmósfera, que se produjo a una velocidad de 18,6 km/s (64.800 km/h). Según la ESA, el objeto tenía unos 20 metros de diámetro medio y 13.000 toneladas de masa, alcanzando una velocidad de 18 km/s y explotando a una altitud de 30 km. Ambas fuentes señalan que la energía liberada por el bólido fue de 500 kilotones (unas 35 bombas como la de Hiroshima).
Dos minutos después de la explosión, la onda expansiva llegó al suelo causando dañó miles de edificios, rompendo ventanas e hiriendo, por los fragmentos de vidrio proyectados, a unas 1.500 personas.
Su estudio indica que su origen es el grupo Apolo, ubicado entre Marte y Júpiter. Se ha considerado el mayor impacto sufrido por la Tierra en los últimos cien años, solo superado en el siglo XX por el bólido de Tunguska en 1908 anteriormente descrito. Según explicó Richard Moissl, jefe de la Oficina de Defensa Planetaria de la ESA, asteroides del tamaño del meteorito de Cheliábinsk golpean la Tierra aproximadamente cada 50-100 años.
Se pudieron recoger varios restos del asteroide de pequeño tamaño (hasta 5 kg), muchos de los cuales cayeron en el lago Chebarkul. Sin embargo, tras investigaciones de fragmentos detectados en el fondo del citado lago, se logró recuperar un gran fragmento bajo una capa de cieno de 2,5 metros en el lecho lacustre. El 16 de octubre de 2013 se logró rescatar la enorme roca de 540 kg de masa, la cual, tras los correspondientes análisis científicos, fue depositada en el Museo Estatal de Costumbres Locales de Cheliábinsk para su exposición pública.
Este asteroide no se detectó con la premura suficiente ya que estaba oculto en el resplandor del Sol. Para evitar que pueda volver a sorprendernos un asteroide como el de Cheliábinsk que provengan de la región diurna del cielo, se diseñó la misión NEOMIR de la ESA (ver apartado «Misiones de defensa»), la cual se ubicará en el punto de Lagrange «L1», entre la Tierra y el Sol. Así, evitando la perturbación atmosférica terrestre, su telescopio infrarrojo podrá detectar asteroides de 20 metros y más grandes que se ocultan actualmente bajo la luz del sol. Conociendo con suficiente antelación, el impacto de un asteroide se podría evitar o, en caso de no ser posible, se pude informar a la población y las autoridades locales para que se tomen las medidas adecuadas.
Asteroide 2008 TC3


2008 TC3 fue el primer asteroide localizado y rastreado con horas de antelación antes de su entrada en la atmósfera de nuestro planeta.
El objeto, de 2 a 5 metros de diámetro, fue descubierto por Richard Kowalski2 en Mount Lemmon Survey, un servicio que forma parte del Catalina Sky Survey (CSS), en Arizona (EE. UU.), con un telescopio de 1,5 metros. Esta primera observación se llevó a cabo, en la noche del 5 al 6 de octubre de 2008 (a las 08:39, hora peninsular de España). Se comunicó el hallazgo al Minor Planet Center (MPC) en Cambridge, Massachusetts (EE. UU.), que tras realizar sus cálculos orbitales indicó inmediatamente que el objeto iba a golpear la Tierra en el plazo de 21 horas.
El MPC puso rápidamente la información y los datos a disposición de la comunidad astronómica, informando a su vez a la Oficina del Programa de Objetos Cercanos a la Tierra de la NASA/JPL y a la sede de la NASA sobre el inminente impacto para que se pudieran activar las correspondientesalertas interinstitucionales y notificaciones intergubernamentales del gobierno de los EE. UU.
Una hora después de recibir el conjunto de datos inicial, el JPL predijo que el objeto entraría en la atmósfera de la Tierra sobre el norte de Sudán, a las 04:46 del 7 de octubre (hora de Madrid). La sede de la NASA alertó a los funcionarios del Consejo de Seguridad Nacional, la Oficina de Política Científica y Tecnológica, el Departamento de Estado y el Comando Norte y el Centro de Operaciones Espaciales Conjuntas del Departamento de Defensa. La NASA también emitió un comunicado de prensa a las 23:30 (hora de Madrid) anunciando el impacto previsto para esa noche.
Explosión del asteroide 2018 grabado por la cámara de una granja situada entre Ottosdal y Hartebeesfontein, Provincia del Noroeste (Sudáfrica), a unos 300 km de Botsuana —donde se produjo la explosión— (Barend Swanepoel, el granjero, y Vikus van Zyl, su vecino).
El asteroide pudo ser seguido antes de alcanzar la Tierra y gracias al aviso se recopilaron alrededor de 570 mediciones astrométricas (posicionales) desde 26 observatorios alrededor del mundo, tanto profesionales como aficionados.
Finalmente, una imponente bola de fuego iluminó el cielo del norte de Sudán a la hora estimada, confirmándose el éxito de la predicción. El objeto penetró a una velocidad de 12,4 km/s y explotó en el aire, a una altitud de 37 km sobre el desierto de Nubia, desatando una potencia energética equivalente a 1 kilotón de TNT. Fue la primera vez en la historia que se pudo predecir el lugar y la hora del impacto de un asteroide. Además fue también el primero del cual se recopilaron fragmentos en el área de impacto pronosticada, en total unos 600 meteoritos, con un peso total de 10,7 kg, lo cual representa solo aproximadamente el 27% de la masa total caída de 39 ± 6 kg, según el artículo «La recuperación del asteroide 2008 TC3» publicado en Meteoritics & Planetary Science.
La bola de fuego se observó visualmente, en el infrarrojo y por infrasonidos de muy baja frecuencia. Como se puede apreciar en la imagen adjunta, fue captada por el satélite Meteosat 8, apreciándose una mancha (fue visible en longitudes de onda desde el visible hasta el infrarrojo). La fecha y la posición estimadas en las imágenes del Meteosat 8 son imprecisas, pero coinciden aproximadamente con la estimación de la órbita del JPL. La línea blanca del medio de la imagen marca la frontera (con variaciones) entre Egipto (al norte) y Sudán (al sur). La escala de la derecha indica la intensidad de la imagen.
A pesar de no haber podido prever el impacto del meteorito de Cheliábinsk cuatro años después (por los motivos espuestos en el subapartado anterior), esta primera predicción exitosa tuvo su continuidad en la detección y pronóstico del impacto de más asteroides. Así, 2014 AA (1,6-3,9 m) fue el segundo, con un aviso de casi 21 horas previas a su caída, en enero de 2014, en el Atlántico central. El tercero fue el impacto de 2018 LA (2,7 m) en la frontera entre Botsuana y Sudáfrica, que se notificó con 8,5 horas de antelación, y a este han seguido ya varios más en los años posteriores.
B) Asteroides con riesgo de impacto considerable en el pasado por su proximidad/tamaño:
Asteroide 2019 OK
Este NEO del grupo Apolo se considera el mayor asteroide conocido que más se ha acercado a la Tierra: 2019 OK mide entre 60 y 130 m de diámetro y el 24 de julio de 2019 (03:22 hora peninsular de España) se nos aproximó a una distancia de tam solo 71.354 km de la superficie (0,00048 UA), según datos del grupo de Dinámica del Sistema Solar (SSD) del JPL (NASA). Eso significa que pasó a una quinta parte de la distancia que nos separa de la luna.
Que un asteroide de tamaños semejante se acerquen a distancias tan cortas es un hecho infrecuente; según P. Chodas, gerente del Centro de Estudios de Objetos Cercanos a la Tierra de la NASA del JPL, sucede cada 50 años. La Nasa estima que si hubiese penetrado en la atmósfera y explotado sobre tierra firme la explosión podría haber devastado un área de unos 6.400 km² (Tunguska arrasó unas 2.000 km²).
El asteroide 2019 OK fue descubierto por los astrónomos aficionados C. Jacques, E. Pimentel y J. Ribeiro de Barros2 en el SONEAR (Observatorio Austral para la Investigación de Asteroides Cercanos a la Tierra), en el estado de Minas Gerais (Brasil) horas antes de su sobrevuelo al planeta. Este nuevo caso de no detección precoz se debió a que su órbita hizo que su posición en el cielo parecía casi fija, lo que dificulta diferenciarlo de una estrella hasta que ya está muy cerca.
No se espera un sobrevuelo tan cercano de este asteroide en, al menos, los próximos dos siglos y en la web del Minor Planet Center de la UAI no consta como asteroide potencialmente peligroso (PHA).
(367943) Duende

El asteroide Duende, con denominación provisional 2012 DA14, que es como aparece en muchas publicaciones de aquellos años, recibió el nombre oficial de «Duende» en referencia a estas criaturas mitológicas del folclore ibérico que, según se indica en la web del MPC, viven dentro de las paredes de las casas, especialmente en las paredes de los dormitorios de los niños pequeños. Fue descubierto el 23 de febrero de 2012 por el Observatorio Astronómico de Mallorca desde su estación robótica del Observatorio Astronómico de La Sagra, Granada (España).
Si la aproximación del anteriormente descrito 2019 Ok resulta sobrecogedora, la distancia a la que Duende nos visitó fue de récord, rebajándola más de la mitad. Hasta la fecha resultó ser el vuelo más cercano de algo tan grande que se hubiese identificado con antelación. El asteroide pasó a 0.00023 UA (27.743 km) de la superficie terrestre a las 20:25 (hora de Madrid) el 15 de febrero de 2013, una distancia menor que la órbita geoestacionaria, por donde orbitan el ecuador satélites artificiales de comunicación y de televisión, de meteorología, etc.
Según las observaciones de radar del Complejo de Comunicaciones del Espacio Profundo Goldstone (GDSCC), Duende se mostró como un objeto alargado, con un tamaño de 20 por 40 metros, lo que equivaldría en un cuerpo esférico a un diámetro medio de 28 metros. La fotometría visible e infrarroja cercana y la espectroscopía visible determinaron que se trataba de un asteroide tipo L y redujeron su tamaño, dándole un valor de diámetro equivalente de 18 m. Estas dimensiones varían según las distintas fuentes consultadas.
De las grabaciones realizadas al paso del asteroide se puede destacar un vídeo de Daniel López (El Cielo de Canarias) de gran calidad que fue imagen astronómica del día en la web de APOD/NASA.

El acercamiento a la Tierra redujo el período orbital del asteroide, pasando este de 368 días a 317 días; su afelio se redujo de 1,110 a 0,9917 UA, quedándo prácticamente incluido dentro de la órbita terrestre y pasando, por tanto de pertenecer a la clase Apolo a la clase Aten de NEA.
Mientras que el día anunciado para la máxima aproximación la comunidad científica estaba pendiente del sobrevuelo de este asteroide, se produjo algo inesperado: la explosión del bólido de Cheliábinsk, un asteroide que no había sido detectado. Se descartó ninguna rwelación entre ambos asteroides, siendo ambos hechos una increíble coincidencia y, quizá, una cura de humildad y un aviso de que aún hay trabajo por hacer.
(367943) Duende ya no volverá a aproximarse más cerca a la Tierra que la Luna hasta el 18 de febrero de 2116, y lo hará a 0.00070 UA, el triple de la distancia a la que lo hizo en 2013 y no aparece como PHA en los datos del MPC.
Asteroide (69230) Hermes
El asteroide Hermes fue descubierto en 1937. Llegó a pasar a tan solo 800.000 km de distancia de la Tierra (0,005 UA) el 28 de octubre de 1937, apenas dos veces la distancia que nos separa de la Luna. Después se perdió hasta que el 15 de octubre de 2003, tras casi 66 años, se observó y catalogó como NEO ( Near-Earth object, «objeto cercano a la Tierra») y se reconoció que se trataba de Hermes. El nombre se escogió en referencia al dios griego Hermes, mensajero de los dioses e hijo de Zeus y Maya.
Este asteroide potencialmente peligroso (PHO —potentially hazardous object—, «objeto potencialmente peligroso») es un elemento del grupo Apolo de tamaño subkilométrico de tipo S y presenta un compañero sincrónico, descubierto en 2003. Ambos cuerpos, primario y secundario, son similares en tamaño; (unos 810 m y 540 m de diámetro, respectivamente), estando separados entre sí por solo 1,2 km.
El 7 de septiembre de 2014 nos visitó 2014 RC, un asteroide de la familia Apolo con un cortísimo período de rotación de 15,8 segundos y un tamaño algo mayor al citado bólido de Cheliábinsk. Se acercó a la Tierra a una distancia inferior a 40.000 km (una décima parte de la distancia a la Luna), una distancia semejante a la que nos visitó (367943) Duende en 2013. Ese día parece que cayó un meteorito al norte de Managua causando una fuerte explosión en una zona despoblada, generándose la duda de que fuese un fragmento de 2014 RC, sin embargo la explosión en Nicaragua se produjo 13 horas antes que el máximo acercamiento de 2014 RC, por lo que se ha descartado cualquier relación del estallido con este asteroide.
2014 RC fue retirado de la tabla de riesgos JPL Sentry3 dos días antes de esa aproximación al no existir posibilidad de impacto ese año ni, al menos, en los siguientes 100.
2004 FH, descubierto en 2004 en EE. UU., es el objeto celeste de «grandes» dimensiones (de 20 a 30 m) que más se ha acercado a la Tierra en los últimos 100 años. Es un microasteroide del grupo Aten que el 18 de marzo de 2004, a las 23:08 (hora de Madrid),se nos acercó a 0,0003282 UA (poco más de 40.000 km).
Ha sido uno de los asteroides más grande detectado que se ha acercado a la Tierra más que la Luna. 2004 FH nos volverá a visitar el 17 de marzo de 2044 a no menos de 0,0116 UA (1.740.000 km) de la Tierra.
Sin embargo la distancia a la que se aproximó 2004 FH será, muy probablemente superada por el archipopular (99942) Apofis, que ha sido objeto de numerosos reportajes catastrofistas. Apofis (Apophis en ingles) es un NEA, y un PHO, del grupo de asteroides Atón descubierto el 19 de junio de 2004 por Roy A. Tucker, David J. Tholen y Fabrizio Bernardi en el Observatorio Nacional de Kitt Peak (Arizona, EE UU). El 21 de diciembre de ese año, Apofis pasó a 0,0964 UA (14,42 millones de km) de la Tierra.
Apophis es el nombre griego de Apep, un enemigo del antiguo dios egipcio sol Ra. Es una malvada serpiente que habita en la oscuridad eterna e intenta devorar a Ra durante su paso nocturno. Parece que hay una curiosidad sobre la elección del nombre: dos de los co-descubridores pudieron tomar el nombre de un villano de la mítica serie televisiva Stargate SG-1 de la que parece que eran seguidores.
Animación (29/04/2019) del acercamiento de Apofis en abril de 2029. Los puntos TURQUESA son satélites artificiales y el rosa la Estación Espacial Internacional (Marina /Brozović / JPL). Ver ampliado en vídeo original.
La fama de este asteroide vino de los cálculos llevados a cabo tras su descubrimiento en 2004; en ellos se estimaba que el 13 de abril de 2029 el asteroide se aproximaría de forma muy peligrosa a la Tierra. La probabilidad de impacto en 2029 llegó a alcanzar un máximo del 2,7% el 27 de diciembre de 2004. Esta probabilidad, combinada con su tamaño (entre 310 y 340 m, lo cual resulta un tamaño enorme para un NEA), hizo que Apofis fuera evaluado en el nivel 4 en la escala de Turín4 y 1,10 en la Escala de Riesgo de Impacto Técnico de Palermo5, escalas usadas para representar el peligro de un asteroide para la Tierra (ver el apartado «Escalas de riesgo»). Eran los mayores valores dados a un objeto en ambas escalas.
Por suerte, la probabilidad de impacto se redujo según fueron afinándose los cálculos. Sin embargo, la aproximación de 2029 podría facilitar un impacto en 2036, amnteniéndose en nivel 1 de la escala de Turín. Finalmente, en agosto de 2006, el peligro de la visita de 2036 se rebajó al nivel 0 en la escala de Turín y a -3,22 en la Escala de Palermo. El 21 de febrero de 2021, Apofis fue eliminado de la Tabla de Riesgo Sentry (como puede comprobar se en la correspondiente página web de objetos eliminados del Sentry) al descartarse finalmente un impacto en los próximos 100 años.
En todo caso se sigue estudiando su trayectoria, ya que esta puede verse afectada, aunque sea escasamente, por pequeños objetos que se crucen o por atracciones-repulsiones gravitacionales con otros mayores, por lo que cabría una cierta variación en las estimaciones con el paso del tiempo. De momento el popular objeto cósmico pasará a las 23:46, hora peninsular, del 13 de abril de 2029 a una escasísima distancia (desde el punto de vista astronómico), menos de 40.000 km sobre la superficie de nuestro planeta. Eso es menos que la altura de los satélites de comunicación geoestacionarios, cinco veces el radio de la Tierra, diez veces más cerca que la Luna. Será, por tanto, el asteroide de su tamaño más cercano registrado en la historia.
La aproximación sin precedentes recientes de este asteroide a la Tierra ha provocado que sea un objetivo para futuras misiones espaciales, como OSIRIS-APEX, que se detalla en el apartado «Misiones orbitales» de este capítulo dedicado a los asteroides.
Quedan XXX años, XXX días, XX horas, XX minutos, XX segundos para la máxima aproximación de Apofis a la Tierra de los próximos 100 años, al menos.
Rotación completa de Bennu a partir de 36 fotogramas tomados por la cámara PolyCam de OSIRIS-REx a 80 km de distancia (Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA / Universidad de Arizona)
(29075), con denominación provisional 1950 DA, fue descubierto el 23 de febrero de 1950 por el astrónomo norteamericano Carl A. Wirtanen. Es un NEA y PHO que forma parte de los asteroides Apolo. Mide algo más de 1 km de diámetro y se destaca por haber tenido la más alta probabilidad conocida de impactar la Tierra con una potencia de de 44.800 megatones de TNT. La «buena» noticia es que el posible impacto está fechado en 2880 (el 16 de marzo). Esta colisión liberaría una cantidad de energía que provocaría alteraciones en el clima y la biosfera con consecuencias devastadoras para la civilización humana, si es que sigue existiendo entonces.
A partir de junio de 2024, figura en la Tabla de Riesgo Sentry con la calificación de Palermo acumulada más alta (-0,92). Al ser la fecha de aproximacion superior al siglo no tiene asignada una calificación en la escala de Turín.
El asteroide carbonoso del grupo Apolo (101955) Bennu fue descubierto el 11 de septiembre de 1999 por el proyecto LINEAR. Su nombre, propuesto a concurso escolar, es el del pájaro asociado con el Sol, la creación y el renacimiento en la mitología egipcia. Es un PHO que figura en la tabla de riesgo Sentry y tiene la mayor calificación acumulada en la escala de Palermo. Con sus 484 m de diámetro medio, la probabilidad acumulada de impactar contra nuestro planeta (del 2178 al 2290) es de 1 sobre 1.750 (5,7 × 10-4), siendo septiembre de 2182 el momento con la probabilidad de impacto mayor (1 sobre 2700).
Bennu está en la segunda posición de la escala de Palermo, con -1,40, solo superado por el anteriormente citado 1950 DA. Ambos se consideran los objetos más peligrosos actualmente en la tabla de riesgo de Sentry. Sin embargo en el perido de tiempo indicado, este tiene un único impacto potencial miestras que Bennu tiene 157 impactos potenciales.
Bennu está considerado un asteroide activo (con órbita de asteroide pero pérdida de masa como los cometas). A muchas de sus características superficiales se les ha dado nombre de pájaros (o seres mitológicos alados), de acuerdo al origen del nombre del asteroide, como por ejemplo Aetos Saxum, por el compañero de la infancia del dios Zeus que se convirtió en águila de la mitología griega, Amihan Saxum, por el dios pájaro de la mitología filipina, Minokawa, ave enorme también de mitología filipina,Camulatz Saxum, por un ave de la mitología maya, Celaeno Saxum, por un ser mitológico griego mitad pájaro mitad harpía, Roc Saxum, pájaro gigante de la mitología árabe, o Tlanuwa Regio, por las aves gigantes de la mitología Cherokee.
Animación de Faetón a partir de imágenes de radar del Observatorio de Arecibo en 2017 (Observatorio de Arecibo / NASA / NSF).
(719) Albert: es un NEO del grupo Amor descubierto el 3 de octubre de 1911 desde Viena (Austria) por el astrónomo austríaco Johann Palisa; el segundo asteroide Amor descubierto después de Eros. En el año 2000 se catalogó, según el programa Spacewatch, en la página de confirmación de NEO. Su tamaño en muy grande, superior a los 2 km de diámetro, pero su distancia mínima de intersección orbital con la Tierra es de 0,2030 UA (30,4 millones de km), lo cual anula el riesgo de colisión con nuestro planeta, que sería catastrófico.
(3200) Faetón: este asteroide del grupo Apolo, incluido en otros apartados y secciones por varios motivos de interés, es además un PHA (potentially hazardous asteroid —«asteroide potencialmente peligroso»—), pero más por su tamaño (6,25 km de diámetro) que por su riesgo real en los próximos siglos. La máxima aproximación que se espera a la Tierra es el 14 de diciembre de 2093 a una distancia de 0,01982 UA (unos 3 millones de km), según datos de la NASA, distancia nunca rebajada desde hace un siglo ni lo será hasta al menos la llegada del siglo XXIII.
El último acercamiento que se observó este siglo casi tan cercano como el citado fue en 2017 (0.06893 UA —10,3 millones de km—), momento que fue aprovechado para su estudio con mayor profundidad con los radares del sistema solar Goldstone (EE. UU.) y del observatorio de Arecibo (Puerto Rico), obteniendo resoluciones de 75 metros/píxel
Siguiente apartado »
1 Normalmente se suele hablar de la extinción masiva del Cretácico-Terciario (C-T) la producida por el impacto del asteroide en Yucatán, y que acabó con el reinado de los dinosaurios, sin embargo el nombre del primer periodo de la era Cenozóica es el Paleógeno, siendo «Terciario» un término desaconsejado como una unidad geocronológica formal por la Comisión Internacional de Estratigrafía. El Paleógeno está precedido por el Cretáceo (último periodo de la era Mesozoica), de ahí la denominación correcta de extinción masiva del Cretácico-Paleógeno (C-Pg).
2 En el MPC no consta ningún descubridor, solo «observación inicial informada por» seguido del nombre del observatorio y la fecha del reporte, ya que según sus renovadas normas «los descubridores se definirán solo cuando se numere un objeto».
3 Según define la NASA, «Sentry es un sistema de monitoreo de colisiones altamente automatizado que escanea continuamente el catálogo de asteroides más actual en busca de posibilidades de impacto futuro con la Tierra durante los próximos 100 años. Siempre que se detecte un impacto potencial, se analizará y los resultados se publicarán inmediatamente aquí, excepto en casos inusuales en los que busquemos una confirmación independiente. Es normal que, a medida que se disponga de observaciones adicionales, los objetos desaparezcan de esta tabla siempre que ya no haya detecciones de posibles impactos. Por esta razón se mantienen una lista de objetos eliminados con la fecha de eliminación».
4 La Escala de Turín clasifica el peligro de impacto asociado a los objetos de tipo NEO. Va del 0 (posibilidad casi nula de colisionar con la Tierra) al 10 (una colisión segura, con efectos a gran escala, como sembrar la destrucción total en la Tierra). No emplea decimales y su uso es más divulgativo que científico.
5 La Escala Técnica de Amenaza de Impacto de Palermo es una escala logarítmica de base 10 usada para medir el riesgo de impacto de un NEO. En esta escala, el valor 0 indica que la probabilidad de impacto es la misma que la probabilidad del riesgo medio, de modo que un valor -2 le da un 1% del riesgo medio de impacto al NEO y un valor 2 indicaría que la probabilidad de impacto es 100 veces superior al riesgo medio.