Asteroides
Distribución y riesgo
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Asteroides orbitantes de la Tierra
Desde mediados del siglo XIX, con el supuesto descubrimiento de la luna de Petit1 (el apellido del astrónomo que afirmó su observación), los científicos han llevado a cabo búsquedas de otras lunas de la Tierra, empezando a generalizarse esta búsqueda ya a finales de ese siglo, con el anuncio de las lunas de Waltemath, que hacía referencia a un sistema de pequeñas lunas que orbitaban la Tierra. Ya en pleno siglo XX y con más medios se descartó la existencia de las supuestas lunas descubiertas con anterioridad. De hecho, Tombaugh, descubridor de Plutón, llevó a cabo una búsqueda de satélites naturales durante cuatro años y en un informe final, en 1959, concluyó que no se había encontrado nada durante todo el tiempo que había durado la exploración.

Las llamadas minilunas que, en ocasiones, parecen orbitar la Tierra, en realidad suelen ser asteroides que orbitan de forma elíptica al Sol a una distancia similar a la de la Tierra con la estrella, manteniendo un periodo orbital igual (resonancia 1:1) con el de nuestro planeta, pero con distinta excentricidad, compartiendo, en periodos de tiempo definidos, espacios orbitales. Se llaman cuasisatélites ya que, aunque orbitan alrededor del Sol, la cercanía de su órbita y su período orbital, semejante al de la Tierra como se ha comentado, crean la sensación de que realmente orbitan alrededor de ella.
Los cuasisatélites se diferencian de los satélites verdaderos en que se hallan fuera de la esfera de Hill (o zona de influencia gravitatoria) del planeta, y tienen órbitas que cambian con el tiempo, alejándose de nosotros para, quizá más adelante, regresar a nuestra posición.
Entre ellos tenemos como ejemplo (3753) Cruithne, de unos 5 km, el pequeño (469219) Kamoʻoalewa, de menos de 100 m, o el minúsulo 2023 FW13, de 10 a 20 m, entre otros.
De los citados, (3753) Cruithne fue descubierto en 1986 por el astrónomo escocés Duncan Waldron en una placa fotográfica, si bien se reconoce una observación anterior de los astrónomos Giovanni de Sanctis y Richard M. West, astrónomos italiano y danés respectivamente. Es un cuasiasteroide muy conocido, entre otras, cosas por la antigüedad de su descubrimiento. Por su parte, (469219) Kamoʻoalewa es uno de los cuasisatélites más estables de la Tierra; mientras orbita el Sol, este asteroide se mantiene a una distancia no más lejana a 100 veces la que separa la Luna a la Tierra (38 veces como distancia mínima). El puesto de cuasisatélite más estable de nuestro planeta podría pasar a ostentarlo 2023 FW13 ya que, si los cálculos son correctos, podría habernos acompañado también en resonancia orbital 1:1, desde el año 100 a. C. y seguir con nosotros hasta el año 3700 d. C.
En ocasiones los asteroides que orbitan el Sol pueden aproximarse al sistema Tierra-Luna cada cierto tiempo de forma que entren en órbita terrestre, convirtiéndose en satélites capturados temporalmente (TSC por sus siglas en inglés). En sentido estricto, solo se les da la consideración de satélites temporales a los cuerpos que realizan una órbita completa alrededor de un planeta (en este caso la Tierra). Los satélites temporales también se llaman orbitadores capturados temporalmente (TCO en sus siglas inglesas). Si no llegan a consumar una órbita completa pasan a denominarse sobrevoladores capturados temporalmente (TCF).

Como ejemplo de TSC tenemos a 2006 RH120, un asteroide de un diámetro de 2 o 3 metros que se aproxima a la Tierra cada 20 años (aproximadamente), momento en que puede pasar a ser un TSC. En 2044, concretamente el 8 de febrero de ese año, este asteroide pasará muy cerca de la Tierra, a tan solo 0,009 UA (1,3 millones de kilómetros). por ello el JPL de la NASA ha calculado que tiene una probabilidad del 0,5% de impactar con la Tierra ese día, sin embargo la energía liberada sería inócua para el planeta y sus habitantes.
Otro ejemplo de satélite temporal (TCO) es 2020 CD3, que fue descubierto el 15 de febrero de 2020 con un reflector de 1,5 m desde el observatorio del Monte Lemmon de Arizona (EE. UU.). Según publicación en The Astronomical Journal, es un pequeño asteroide de forma esférica cercano a la Tierra, y un satélite natural temporal terrestre. Es posible que fuese capturado por la Tierra en 2017. 2020 CD3 es muy pequeño (de 1 a 1,6 metros) y muy oscuro, de silicato (de tipo S ó V). El Minor Planet Center lo clasifica como un asteroide Amor, ya que orbita más allá de la Tierra, aunque la base de datos JPL Small-Body lo considera parte del grupo de asteroides Apolo que cruza nuestro planeta. En todo caso este TCO fue expulsado de la órbita terrestre el 7 de marzo de 2020.
Como ejemplo de TCF se halló a 1991 VG, un asteroide del grupo Apolo de entre 5 y 12 metros de diámetro.
El que no haya apenas lunas capturadas por la Tierra no depende tanto del tamaño, ya que la Tierra tiene casi tanta fuerza graviatoria como Saturno, Urano y Neptuno. Pero la gran diferencia es su proximidad al enorme campo gravitatorio del Sol, lo que hace mucho menor su esfera de Hill (1,5 millones de kilómetros) que la de los planetas exteriores y por tanto mucho más dificultosa la captura de asteroides y otros cuerpos celestes.
1 El anuncio del aparente descubrimiento de la luna de Petit inspiró a Julio Verne para escribir su novela de 1865, Alrededor de la Luna, novela de gran éxito que contribuyó al incremento de la búsqueda de lunas terrestres por parte de mucho astrónomos aficionados.