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Misiones EE. UU (siglo XXI)-NASA

Lanzamientos décadas 2000 y 2010

En 2007, la NASA lanzó cinco satélites dentro del programa THEMIS (Time History of Events and Macroscale Interactions during Substorms —«Historia temporal de eventos e interacciones a macroescala durante subtormentas»—) para el estudio de la magnetosfera de la Tierra. En 2008 la NASA extendió la misión hasta 2012 y aprobó el desplazamiento de dos de ellos, THEMIS-B y THEMIS-C, a una órbita lunar para ampliar su estudio respecto a la interacción Sol-Luna. Ambos fueron rebautizados como THEMIS-ARTEMIS (que son las siglas, en inglés, de «aceleración, reconexión, turbulencia y electrodinámica de la interacción de la luna con el sol»), denominándose ARTEMIS-P1 al primero y ARTEMIS-P2 al segundo. Las dos sondas se insertarón en la órbita lunar en 2011 (en junio y julio, respectivamente) y ambas se mantienen operativas en la actualidad en órbitas estables y opuestas.

THEMIS-ARTEMIS, al igual que el Lunar Reconnaissance Orbiter de la NASA del que se habla a continuación, se utiliza para recabar información muy útil a la agencia norteamericana para la misión Artemis, cuyo fin es enviar astronautas a la Luna y, en última instancia, a Marte. no deben confundire, por tanto, esta misión con el programa Artemis (o Artemisa), con el que la NASA pretende volver a llevar seres humanos a la Luna en la década de 2020. Las alusiones mitológicas de los nombres tampoco tienen el mismo sentido: el acrónimo THEMIS es, además, una alusión al titán Themis, mientras que el programa Artemis lleva el nombre de la diosa de la Luna en la mitología griega.


Imagen tomada por LRO de las huellas del explorador de la misión Apolo 15 (NASA / GSFC/ ASU). Ampliar

El Lunar Reconnaissance Orbiter («Orbitador de Reconocimiento Lunar»), o LRO, es una nave espacial robótica estadounidense enviada con el objetivo principal de hacer un mapa 3D de la superficie de la Luna desde la órbita polar lunar como parte de un programa de mapeo de alta resolución para obtener información exhaustiva sobre la Luna, principalmente con el fin de elegir lugares óptimos para futuros alunizajes, medir la radiación, buscar hielo de agua, etc.

La nave, de 1.850 kg, se lanzó con un cohete Atlas el 18 de junio de 2009 a las 23:32:00 (hora de Madrid) desde Cabo Cañaveral (Florida, EE. UU.), insertándose en la órbita lunar el 23 de junio. Con la ayuda de cuatro encendidos de sus motores, el LRO se instaló cuatro días después en su órbita óptima, a una altura de 50 km sobre la superficie sobrevolando ambos polos lunares. En 2015 modificaron su órbita acercándola más a la Luna.

La sonda llevó a cabo la elaboración de un mapa tridimensional de la superficie lunar con una cobertura del 98,2% (excluidas las zonas polares en sombra profunda) y una resolución de 100 m, incluso de 0,5 metros de los lugares de aterrizaje del Apolo. Por ello, el LRO ha sido clave para la certificación de la veracidad de las misiones Apolo, enviando fotografías de restos de aquellas naves. También fotografió, en 2010, las huellas dejadas 39 años antes en el suelo lunar por los astronautas del Apolo 15, David Scott y James Irwin, mientras conducían su explorador lunar (ver imagen adjunta), o las sombras de varias de las banderas estadounidenses1. También tuvo como objetivos misiones como la Surveyo 3, las sondas de impacto Ranger, los módulos soviéticos Luna 16, 17, 20, 23 y 24 e incluso los más recientes módulos y róveres de misiones chinas, israelíes, etc.

Naves espaciales LRO (arriba, plateada) y LCROSS (abajo, dorada) antes de ser colocadas dentro de la cubierta de lanzamiento del cohete Atlas V (NASA).

Entre sus instrumentos científicos estaban: CRaTER (Telescopio de Rayos Cósmicos para los Efectos de la Radiación), DLRE (Experimento del Radiómetro Lunar Diviner), LAMP (Proyecto de Cartografía Lyman-Alfa), LEND (Detector de Neutrones de Exploración Lunar), LOLA (Altímetro Láser del Orbitador Lunar), LROC (Cámara del Orbitador de Reconocimiento Lunar), y Mini-RF (Radar de Radiofrecuencia en Miniatura).

Su misión principal se inició el 25 de septiembre de 2009, con una duración esperada de un año, pero la buena salud de la nave y la cantidad de combustible que tiene ha permitidfo ampliar en varias ocasiones su tiempo de vida, manteniendose actualmente en uso.

Tiempo transcurrido de la misión Lunar Reconnaissance Orbiter: XX años, XXX días, XX horas, XX minutos, XX segundos.

En el cohete Atlas V en que se lanzó el LRO en junio de 2009, también iba el LCROSS (Lunar Crater Observation and Sensing Satellite —«Satélite de Detección y Observación de Cráteres Lunares»—), con una masa de 621 kg. Este se separó del LRO poco después del lanzamiento, alcanzando la Luna por un camino diferente.

La misión incluía el impacto de la etapa superior del Centauro en la superficie lunar, en el cráter Cabeus (Polo Sur lunar), y el vuelo del LCROSS a través de la columna de escombros unos cuatro minutos después para recopilar datos sobre el suelo. El impacto excavó aproximadamente 350 toneladas de material lunar y generó un cráter de unos 20 m de diámetro. El 13 de noviembre de 2009, la NASA anunció que los datos de LCROSS confirmaban el descubrimiento de agua cerca del Polo Sur. También se haría caer al LCROSS contra la Luna poco después del priemr impacto.

Tanto el LRO cono el LCROSS eran parte del Programa Robótico Precursor Lunar de la NASA ya cancelado.


Concepción artística de las naves GRAIL (NASA / JPL-Caltech).

En la segunda década del milenio, concretamente el 10 de septiembre de 2011, un potente cohete Delta 2 lanzó las dos naves gemelas GRAIL A, llamada también Ebb, y GRAIL B, llamada Flow. La misión GRAIL (iniciales de «Laboratorio Interior y de Recuperación de Gravedad», en español), con su sobrevuelo conjunto de ambas naves sobre la Luna, logró el mapa de gravedad de mayor resolución de cualquier cuerpo celeste hasta la fecha. Esta misión, la undécima del Programa Discovery de la NASA, estudió la estructura interna y la composición de la Luna con un detalle sin precedentes, e identificó las ubicaciones de los llamados mascons. El final de ambas naves fue un impacto controlado en la luna en diciembre de 2012.

El LADEE (Lunar Atmosphere and Dust Environment Explorer —«Explorador de la Atmósfera Lunar y del Entorno de Polvo»—) se lanzó en septiembre de 2013 para el estudio de la atmósfera lunar y el polvo en suspensión próximo. En abril de 2014 terminó cayendo, de forma planificada, en la cara oculta de la Luna.


Lanzamientos década 2020

Lunar Trailblazer (SpaceX).

Y pasando a los años 20, la NASA incorporó en el mismo Falcon 9 que transportaba la IM-2 de Intuitive Machines al pequeño orbitador Lunar Trailblazer, del programa SIMPLEx de la NASA, una nave espacial secundaria que debía seguir una órbita polar de 100 km alrededor de la Luna para estudiar el agua de nuestro satélite. El citado lanzamiento se produjo el 27 de febrero de 2025 (según horario peninsular español) y la idea era que llegase a la luna entre cuatro y siete meses después usando impulsos gravitacionales del Sol, la Tierra y la Luna. En principio, esta trayectoria de baja energía contaba con dos sobrevuelos de la Luna y concluiría con su inserción en la órbita lunar el 6 de julio de 2025. Su misión primaria debía durar un año.

Horas después del despegue, el equipo recibió datos de telemetría que indicaban problemas en el sistema de energía. Al día siguiente, los operadores de la misión perdieron la comunicación con la pequeña nave espacial. Aunque se sigue intentando restablecer la telemetría y desarrollar posibles soluciones para futuras misiones, ya que la misión científica principal ya se hizo imposible.

Uno de los objetivos principales de esta misión era producir mapas de alta resolución del agua en la superficie lunar. También utilizar dos instrumentos científicos de última generación:el espectrómetro infrarrojo High-resolution Volatiles and Minerals Moon Mapper (HVM³) y el generador de imágenes multiespectrales infrarrojas Lunar Thermal Mapper (LTM) que, juntos, buscaban crear una imagen de la abundancia, la ubicación y la forma del agua, al tiempo que rastrearían cómo cambia su distribución con el tiempo y la temperatura. La órbita científica a la que estaba destinada Lunar Trailblazer le hubiese permitido observar los cráteres del polo sur de la Luna con el instrumento HVM³, cráteres que pueden esconder agua congelada. Con el mapeo del agua de la Luna se pretendía apoyo a futuras misiones lunares humanas y robóticas.

El programa SIMPLEx (Small Innovative Missions for Planetary Exploration, «pequeñas misiones innovadoras para la exploración planetaria»), al que pertenecía esta misión, ofrece oportunidades para que naves espaciales científicas de bajo costo compartan el viaje con misiones primarias seleccionadas. Permiten un presupuesto general más bajo, aunque sufren unos riesgos mayores.

La nave, cuyo nombre se traduce como «pionero», pesaba 210 kg y medía, con los paneles solares desplegados, 3,5 metros de ancho. Estos paneles tenían la capacidad de generar 280 vatios de potencia.


Con el objetivo de volver a llevar humanos a la Luna, 50 años después del programa Apolo, la NASA diseñó el programa Artemis. El nombre, Artemis (o Artemisa), es el de la hermana gemela de Apolo y la diosa de la Luna en la mitología griega. Este programa, liderado por la NASA en coordinación con el Departamento de Estado de los EE. UU. y otras siete naciones signatarias iniciales, estableció los Acuerdos Artemis en 2020, con los que proporcionar un conjunto común de principios para mejorar la gobernanza de la exploración y el uso civil del espacio exterior, según indican las propias fuentes de la agencia espacial norteamericana. Estos acuerdos han sido firmados ya por más de 150 países de los cinco continentes, incluida España, que lo hizo el 30 de mayo de 2023, convirtiéndose en el firmante número 25.

El programa consta de varias fases. La primera de ellas fue la misión Artemis I, que integraba el módulo Orión y el cohete SLS («sistema de lanzamiento espacial»). Después de varios retrasos, finalmente el 16 de noviembre de 2022 a las 07:47:44 (hora peninsular española) fue lanzada desde el Centro Espacial Kennedy (Florida, EE. UU.)n en la Costa Espacial2.

La cápsula Orión alcanzó poco después la luna, sobrevolándola en dos ocasiones: el 21 de noviembre, a 170 km de la superficie lunar, y el 25 de noviembre, a 130 km. En estas maniobras, la sonda entró en una órbita lunar distante (a unos 43.700 km respecto a la superficie) durante 6 días. Tras su separación del cohete SLS este procedió a lanzar los 10 CuibeSats que integraban las misiones secundarias.

Infografía del cohete SLS (NASA). Ampliar.

El regreso a la Tierra se llevó a cabo el 11 de diciembre de 2022. Antes de entrar en la atmósfera, el módulo de la tripulación se separó de su módulo de servicio, la central eléctrica de propulsión proporcionada por la ESA (Agencia Espacial Europea). La entrada en la atmósfera se produjo a 40.000 km/h (Mach 32), con una entrada no balística, con la que se consigue que los futuros astronautas soporten menos fuerzas G. Orión soportó temperaturas de 2.800 °C, la mitad de la temperatura de la superficie del Sol.

Tras reducir su velocidad a tan solo 32 km/h en 20 minutos, se produjo el amerizaje de la cápsula en el Atlántico a las 18:40 (hora de Madrid), a 250 km, aproximadamente de la costa norte de la Península de Baja California (México). la Marina de los EE. UU. y la empresa aeroespacial estadounidense Lockheed Martin procedieron al rescate de la nave unas horas después.

El recorrido total fue de 2 millones de kilómetros. Personal de la NASA y la tripulación del USS Portland recuperaron la nave tras el amerizaje, tras algunas pruebas.

Orión, de 8 metros de altura, llevaba tres maniquíes con los que comprobar la seguridad de la nave para los humanos que portará en las siguientes misiones, valorando principalmente los riesgos asociados a la radiación, pero también datos de aceleración y vibración.

En cuanto al cohete, la NASA empleó el SLS (construido por Boeing) por tenerse entonces como el cohete más grande y potente del mundo, con un empuje de casi 40 millones de newtons, capaz de gestionar mayor masa y volumen, en principio, que cualquier otro vehículo de lanzamiento del momento para humanos y exploración robótica de la Luna, Marte y los planetas exteriores. Sin embargo las noticias de una posible cancelación del cohete estrella de la NASA en beneficio del Superheavy de SpaceX O de otros cohetes de empresas privadas) han ido cobrando fuerza desde mediados de la década. El programa ha sufrido sobrecostes y retrasos desde su inicio, a lo que se suma el altísimo precio que supone cada lanzamiento. Por ello está sobre la mesa, como una opción más que probable, la colaboración con empresas privadas que ofrezcan mejores soluciones y más rentables, y en la fecha, el más competitivo es el cohete estrella de Elon Musk.

SLS mide casi 100 m de altura. La etapa central, de 64,6 m de altura y 8,4 m de diámetro, contiene un deposito de hidrógenos líquido y un tanque de oxígeno líquido, entre otros elementos. Más abajo hay un gran depósito de hidrógeno líquido (39,7 m), con capacidad para 2 millones de litros del gas, flanqueado por dos tanques de oxígeno líquido (15,6 m), que puede almacenar 742.000 litros. En esta página de la NASA se ofrece un dibujo esqemático de cada parte con imágenes reales según se pica en cada zona.

Despegue el 16 de noviembre de 2022, desde la Costa Espacial, de Artemis I (con maniquíes a bordo), con un cohete SLS (NASA; traducción: Albysol).

Imágenes (a velocidad 2×) del descenso de Orión el 11 de diciembre de 2022 sobre el Océano Pacífico tomadas desde el buque de la Marina Anchorage (NASA's Kennedy Space Center).


Cubesats

El cohete SLS de Artemis I transportaba, además de la cápsula Orión, otros elementos para el cumplimiento de misiones adicionales, los llamados cubesats. Estas sondas espaciales, del tamaño de una caja de zapatos, se ubicaban adosadas al interior del anillo que cubría el entrelazamiento de la Orión con la etapa secundaria del SLS (la ICPS) y tenían diferentes finalidades.

De los diez que viajaban con Artemis I, había tres específicamente lunares y de la NASa (o financiados por ella) y otros con objetivos diferentes.

Animación (acelerada 2×) que muestra cómo, una vez que Orión está a una distancia segura, se despliegan del SLS los cubesats, cargas útiles secundarias de la misión Artemis I (NASA/MSFC)

El Lunar IceCube era un nanosatélite de la NASA diseñado para la búsqueda y cuantificación de agua en la superficie lunar, mapeando su ubicación por medio del Espectrómetro de Exploración Compacto de Alta Resolución e Infrarrojos de Banda Ancha (BIRCHES), un instrumento desarrollado por el Centro de Vuelos Espaciales Goddard; este espectrómetro compacto y muy sensible era capaz de distinguir las formas de agua, incluido el hielo.

Tras el lanzamiento del SLS con Artemis I, el vehículo se comunicó con éxito con el centro de control en la Tierra, pero luego se perdió la conexión. El 29 de noviembre de 2022 la NASA anunció que estaban siendo infructuosos los intentos de comunicarse con el cubesat para que pudiera colocarse en su órbita científica, no habiéndose notificado ningún contacto con el satélite desde entonces.

Un segundo cubesat que acompañaban a Artemis I era LunaH-Map (Lunar Polar Hydrogen Mapper —«mapeador de hidrógeno polar lunar»—), una pequeña nave espacial con una vida útil planificada de 60 días (141 órbitas alrededor de la Luna), con un diseño basado en espectroscopia de neutrones con idea de crear un mapa de hidrógeno en cráteres y otras regiones permanentemente sombreadas del polo sur lunar, esto es, localizar la distribución de hielo de agua y su abundancia en la región.

LunaH-Map no pudo llevar a cabo un encendido crucial del motor cinco días después del despegue y no entró en la órbita lunar en el sobrevuelo del 21 de noviembre como estaba previsto. Tampoco se consiguió la inserción orbital lunar en enero de 2023. Al parecer el retraso en el lanzamiento del SLS fue la causa de que el sistema de propulsión fallase. La NASA planteó entonces convertir la sonda en una misión asteroidal (de un NEA), pero finalmente, el 3 de agosto de 2023 dieron la misión por cerrada.

LunaH-Map no logró cartografiar el polo sur de la luna, pero sí probar su espectrómetro exitosamente en la detección de agua y hielo en la superficie lunar. De hecho, una versión del mismo podría volar en otra misión de la NASA llamada Lunar-VISE (Lunar Vulkan Imaging and Spectroscopy Explorer), que será parte del programa Commercial Lunar Payload Services (CLPS) de la NASA.

LunIR (Lunar InfraRed Imaging —«imágenes infrarrojas lunares»—) fue otro cubesat (de 10 × 20 × 30 cm y unos 14 kg), operado por la empresa Lockheed Martin Space y financiado por la NASA, que formaba parte de la carga útil secundaria del lanzamiento del Artemis I. Esta misión pretendía demostrar una tecnología de propulsión eléctrica de bajo empuje llamada propulsión por electroespray con intención de reducir la órbita de la nave espacial para objetivos de misiones científicas y tecnológicas adicionales. La nave contaba como principal carga útil con un sensor miniatura de infrarrojos de onda media (MWIR) de alta temperatura.

Según indicó la compañía, un problema en la señal de radio impidió la toma de imágenes lunares durante el sobrevuelo. Al parecer, un despliegue parcial de los paneles solares bloquearon la antena, si bien se consideró un éxito parcial al probar que era viable la integración de un sensor infrarrojo y un criorrefigerador en un cubesat 6U (un cubesat compuesto por seis unidades de aproximadamente 10 cm³).

Los otros siete cubesats incorporados a Artemis I con posibles sobrevuelos lunares fueron:

Montaje de los 10 cubesats que volaron en Artemis I (en el vídeo, la fuente de cada imagen entre paréntesis; montaje: ALBYSOL)

  • BioSentinel: una misión NASA con el objetivo principal de desarrollar un biosensor, usando organismo simple (levadura), para valorar el impacto de la radiación espacial en organismos vivos durante largos periodos más allá de la órbita baja terrestre (LEO). La nave espacial completó un sobrevuelo lunar y se desplegó en el espacio cislunar. Aunque la levadura no se activó según lo previsto, ha sido una de las pocas misiones adicionales de cubesats de Artemis 1 que tuvo éxito. De hecho, la agencia norteamericana extendió la fase inicial de la misión (que iba de diciembre de 2022 a abril de 2023) 18 meses más (hasta noviembre de 2024). Los científicos determinaron que la radiación del espacio profundo no fue la causa de la inactividad de las células de levadura, sino que su falta de crecimiento probablemente se debió a que la levadura se deterioró tras un largo periodo de almacenamiento en la nave espacial antes del lanzamiento. En todo caso la misión resultó muy útil al recopilar datos sobre la radiación en el espacio profundo, sobre todo en los periodos de mayor actividad solar.
  • OMOTENASHI: la misión japonesa diseñada para medir la radiación ambiental cerca de la Luna, así como en su superficie. No pudo dejar caer un módulo de alunizaje (el más pequeño del mundo) por un fallo de las comunicacioneso con el centro de control debido a un problema energético de sus paneles, según informó la JAXA el 21 de noviembre de 2022.
  • ArgomMoon: una sonda de la Agencia Espacial Italiana (ISA), que tomó algunas fotografías relevantes de la misión Artemis I y buscaba probar sistemas de comunicación innovadores. Se mantuvo operativa 12 días y se declaró concluida el 17 de marzo de 2023 al agotarse su combustible.
  • Cubesat for Solar Particles (CuSP): misión de la NASA para la medición del clima espacial. Tras su despliegue se logró establecer contacto y sus paneles solares se desplegaron, pero este contacto se cortó definitivamente una hora después.
  • EQUULEUS (EQUilibriUm Lunar-Earth point 6U Spacecraft): otro nanoSat de JAXA que tenía objetivos como el estudio del entorno de radiación en el geoespacio, la caracterización del flujo de impactos de meteoros en la cara oculta de la Luna y un sistema de propulsión hidráulica, siendo este último un logro al ser la primera nave en llegar más allá de la órbita terrestre baja con un propulsor de agua. Estuvo orbitando en el punto L2 lunar cumpliendo exitosamente todas sus encomiendas, hasta que el 18 de mayo de 2023 se perdió la comunicación, posiblemente por una caída incontrolada.
  • Near-Earth Asteroid Scout (NEA Scout): fue una misión de la NASA que pretendió propulsarse con una vela solar para reconocer algún NEA (posiblemente 2020 GE), para lo cual debía realizar una serie de sobrevuelos lunares para tomar la trayectoria adecuada, pero nunca se logró contactar con el satélite de modo que, tras confirmarse la pérdida de comunicación y el fallo del despliegue de la vela, se dio por perdida en diciembre de 2022.
  • Team Miles: era un Centennial Challengers3 para probar el uso de propulsores innovadores y un eficaz sistema de comuncación para largas distancias. Pretendía alcanzar una órbita heliocéntrica en el espacio cislunar, pero aunque se recibieron algunos frahmentos de señales inicialmente, finalmente se perdió definitivamente el contacto.

El hecho de obtener solo algunos éxitos (parciales o totales) de la decena de cubesats confirma que estas misiones secundarias son tan económicas y útiles como complicadas de llevar a término, por el momento.


Además de los citados, EE. UU. ha creado y lanzado otros cubesats con misiones lunares en la década de 2020.

Ilustración de CAPSTONE cara al Sol (Daniel Rutter, NASA).

Uno de estos pequeños satélites es CAPSTONE, de 25 kg y el tamaño de un microondas. Tras varios cambios de planes en cuanto a su forma y fecha de lanzamiento fue finalmente incluida a bordo de un cohete Electron, desarrollado por la compañía aeroespacial estadounidense Rocket Lab, el 28 de junio de 2022 desde el complejo de lanzamiento Mahía (norte de Nueva Zelanda). La nave llevó a cabo la inserción orbitaria el 14 de noviembre de ese mismo año. La demora respecto a otras naves es debida a que CAPSTONE utilizó una trayectoria balística en vez de la tradicional transferencia Hohmann, logrando así un menor requerimiento en la propulsión para poder aumentar la masa enviada a costa, eso sí, de retrasar mucho la llegada (de unos pocos días en la transferencia Hohmann a 4 meses en esta de baja energía).

CAPSTON forma parte de la misión Artemis de retorno del hombre a la Luna, ya que es pionera en probar una órbita lunar elíptica única como parte del Experimento de Navegación y Operaciones de Tecnología del Sistema de Posicionamiento Autónomo Cislunar, cuyas iniciales en inglés (Cislunar Autonomous Positioning System Technology Operations and Navigation Experiment dan nombre a la misión, CAPSTONE (como ya es costumbre hace mucho, estas iniciales forman a su vez una palabra; en este caso, capstone, que significa «piedra angular»). Esta órbita, conocida formalmente como una órbita de halo casi rectilínea (NRHO, near rectilinear halo orbit), es extremadamente alargada: sobrevuela el polo norte lunar a 1.600 km y, una semana después, pasa sobre el polo opuesto a 70.000 km. Así se requiere una energía mínima para su mantenimiento.

Tras varios problemas de no poca importancia, el 7 de octubre el equipo logró detener el giro no deseado de la nave y recuperó el control de actitud completo en tres ejes, consiguiendo que tomase la ruta adecuada para insertarse en su órbita objetivo, hecho que se produjo el 14 de noviembre de 2022 (según informó la NASA en la web de su misión).

Con la misión CAPSTONE se logró comprobar la estabilidad para misiones a largo plazo, principalmente la de la futura plataforma orbital lunar Gateway, que tras esta verificación podrá emplearla con mucho menor riesgo.

Tras el éxito en sus objetivos sobre la tecnología de navegación del Sistema de Posicionamiento Autónomo Cislunar (CAPS) y su caracterización de una órbita de halo casi rectilínea alrededor de la Luna en 2023, se ha llevado a cabo una ampliación, prevista para diciembre de 2025, para seguir probando tecnologías para la autonomía, así como comunicaciones y redes interoperables basadas en estándares en el complejo entorno cislunar.

Concepto artístico de la nave Lunar Flashlight (NASA / JPL-Caltech).

Otro cubesat de bajo coste fue Lunar Flashlight («linterna lunar», un orbitador cuyo fin era la exploración, localización y estimación de tamaño y composición de los depósitos de hielo de agua en la Luna para su futura explotación. Fue desarrollada por varios centros espaciales estadounidenses (el JPL, el Centro de Vuelo Espacial Goddard (GSFC), el Instituto de Tecnología de Georgía (GT) y el Centro Marshall de Vuelos Espaciales de NASA).

La intención era que fuese incluido, como carga útil secundaria junto a otros cubesats, en el cohete SLS encargado de lanzar a Orión en la misión Artemis I, pero no llego a tiempo debido a su innovador sistema de propulsión «verde» (a pesar de los retrasos sufridos por la citada misión).

Finalmente fue lanzada el 11 de diciembre de 2022, un mes después que Artemis I, desde Cabo Cañaveral a bordo de un Falcon 9 de SpaceX. En el cohete viajaban también la Misión 1 HAKUTO-R japonesa y el rover Rashid de los Emiratos Árabes Unidos.

Lunar Flashlight era la segunda nave en utilizar una NRHO (órbita de halo casi rectilínea), después de CAPSTONE. La sonda utilizaría sus cuatro láseres de infrarrojo cercano para hacer brillar la luz en las regiones polares sombreadas de la Luna en sus vuelos a baja altura. Con un nuevo sistema de espectroscopia láser activa diferenciaría entre el hielo de agua superficial (o escarcha) y el regolito seco de la Luna. Iba a ser la primera misión en usar láseres para determinar la presencia de hielo de agua en la superficie lunar.

Sin embargo, a mediados de enero de 2023 se informó de que, tres días después del lanzamiento, se detectó un rendimiento menor al esperado en tres de los cuatro propulsores del cubesat. A pesar de meses de esfuerzo por parte del equipo de operaciones, el sistema pionero de propulsión miniaturizado de Lunar Flashlight no llegó a generar suficiente empuje para entrar en la órbita lunar. Dado que el satélite no pudo completar las maniobras necesarias para permanecer en el sistema Tierra-Luna, la NASA dio por terminada la misión, indicando que, a pesar de no conseguir llegar al Polo Sur lunar para ayudar a buscar hielo, cumplió varios objetivos tecnológicos de interés para futuras misiones.

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1 No se han recogido imágenes de la primera bandera norteamericana, puesta por los tripulantes del Apolo 11, porque debió volarse por los gases de la propulsión del módulo lunar al despegar.

2 Costa Espacial es una región litoral de Florida de donde despegan las misiones tripuladas de la NASA, y otras de importancia, desde sus dos centros: el Centro Espacial Kennedy (KSC) y la Estación de la Fuerza Espacial de Cabo Cañaveral. Este sitio se eligió al ser más próxima al ecuador que otras, con lo que se aprovecha la velocidad de rotación terrestre (los cohetes se lanzan hacia el este). Además en ese punto y con esa dirección no hay poblaciones que estén sometidos al riesfo de un accidente.

3 Los Centennial Challenges o «Desafíos del Centenario» son concursos que premian logros tecnológicos sin financiación estatal de premios de incentivo de competencia espacial de la NASA para logros tecnológicos no financiados por el gobierno por equipos estadounidenses. Conmemoran los 100 años desde el primer vuelo de los hermanos Wright en 1903.